El cardenal de Sevilla, monseñor Carlos Amigo Vallejo, mostró ayer su cercanía con las hermandades, a las que describió con claridad, destacando sus luces y sus sombras e incluso lo hizo con simpatía, lo que le llevó a ganarse muchos aplauso. Lo hizo, además asegurando que las hermandades serán hermandades si estas son testigos de Cristo y vehículos para evangelizar, "sino, serán otra cosa, hermandades piratas o civiles". Se mostró, igualmente, contundente al señalar el derecho de la mujer a ser madre y dijo, refiriéndose al aborto, que triste destino tendrá la niña que con 16 años sienta tal acoso a su alrededor; y señaló que es preferible que "sea madre de un hijo vivo, que toda la vida de un hijo muerto".
Un acto que contó con la presencia del hermano mayor de la santa Cruz, José Antonio Fuentes, y el director de la Uned en Huelva, Juan Pizarro, que organizaban la conferencia, donde el arzobispo de Sevilla fue presentado por el obispo emérito, monseñor Ignacio Noguer quien no escatimó en elogios, aunque después de terminar le dijo de manera cercana "y esto es poco". El cardenal Amigo inició su conferencia describiendo la Semana Santa de Huelva y utilizó para ello las palabras de la Guía de la Semana Santa de Huelva de Eduardo J. Sugrañes que recoge la web de la guía de la Semana Santa de Andalucía. Se adentraba así en el tema de la conferencia, Las hermandades, ante la Iglesia y el mundo. Se refirió a las hermandades como una realidad diversa y elogió la labor que realiza en caridad, pero se preguntaba si las hermandades, a pesar de ser el único asidero que tienen muchos para acercarse a Dios pueda ser también un problema para acercarse a la vida parroquial; esta y otras fueron cuestiones que dejó a la reflexión en el campus de la Merced. Criticó la imposición del laicidad, pero dijo que luego el poder civil quiere acercarse a las hermandades para "sustraer el valor que pertenece al pueblo", asegurando que si está dentro de la Iglesia es para evangelizar y la mirada no puede quedar sólo en la cofradía, sino que a través de ella sirva para acoger a Dios. Se refirió a la participación de la mujer en las hermandades y señaló que "no es una cuestión de derecho, sino de sensibilidad". El vicario, Baldomero Rodríguez, tuvo palabras en nombre del obispo monseñor José Vilaplana de agradecimiento a Eduardo Martín que con este acto y después de 14 años se despedía de su labor pastoral en la Universidad.
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