domingo, 7 de febrero de 2010

LAS DOS CARAS DE LA MONEDA


En una ocasión un pintor que desde hacía ya muchos años estaba intentando pintar un cuadro de la Santa Cena, en el cual estaban sentados todos los Apóstoles y después de intentar pintar a todos, se topó con el gran problema de tener que pintar al principal protagonista: a Jesús. Pero lo tenía muy difícil porque no encontraba los rasgos necesarios para que formara parte del cuadro.

Buscando un modelo adecuado, pasó por un lugar y encontró a un hombre que era ideal, el rostro anhelado. Se acercó a él y le dijo: “¿te gustaría formar parte del cuadro de la Santa Cena como Jesús?, te daré lo que me pidas”.

Este hombre se detuvo a pensar por un momento y le respondió: “¿usted recuerda cuando estaba buscando al modelo para representar a Judas? Yo entonces me encontraba atado a las drogas, y nadie quería saber nada de mi. Me acerqué y le pedí que me dejara posar como Judas por unas monedas, pero usted no quiso. Ahora, después de los años, nos volvemos a encontrar. Yo ya no soy adicto a las drogas, y usted viene a pedirme que sea el protagonista principal. Antes no daba un céntimo ni siquiera por hacer de Judas y ahora me das lo que le pida por hacer de Jesús ¿No cree usted que es injusta la vida. En un mismo cuadro te pueden querer para hacer de Judas o de Jesús al mismo tiempo, la misma gente que un día te alaba y te recibe, es la misma que te entierra cuando cometes un error?”.

Es algo con lo que tenemos que vivir cada día, con la familia, los amigos, los propios hermanos de tu iglesia, la sociedad y los elementos que la sustentan (la falta de respeto, la falta de sensibilidad, el egoísmo, el fantasma de la indiferencia, los estribos de las competencias tribales etc….). Creo que podemos mejorar nuestras conductas y nuestra forma de valorar las cosas y las personas, los aspectos de la vida que nos condicionan, mejorar nuestra forma de afrontar cada día los retos que se nos ponen por delante, sabiendo que incluso Jesús fue cuestionado por una multitud de fariseos hipócritas que solo buscaban en Jesús la excusa perfecta para justificarse. Jesús, unas veces elevado a la más alta esfera del populismo social, para ser luego depuesto por los mismo que lo avalaron; y eso que El era el Señor de Señores y Rey de Reyes, teniendo en su mano el más grande ejercito de Ángeles a su disposición y teniendo el más alto rango y distinción en los cielos y en la tierra. Y le traicionaron.

Aquellos que decían o sana el que viene y tendían sus mantos a sus pies en la entrada a Jerusalén, aquellos que le veían como el Mesías el Salvador, poco más tarde fueron los mismos que le gritaban ante Pilatos “¡Crucifícale, queremos a Barrabás!”. Los mismos que le abandonaron en la cruz, los mismos que negaron el haber estado con El.

PERO POR DESGRACIA ESTO ES ASÍ LA VIDA NOS ENSEÑA QUE HAY DOS CARAS EN UNA MISMA MONEDA. UNAS VECES SALE CARA Y OTRAS SALE CRUZ, PERO POR ESO MISMO DEBEMOS DE ENTENDER QUE LA MONEDA FORMA PARTE DEL JUEGO DE LA VIDA, Y NADA MÁS PODEMOS HACER.

Dios les bendiga

J. José Cortés es pastor evangélico de la Iglesia de Filadelfia

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