sábado, 31 de octubre de 2009
LOS TALENTOS
Con lo poco que te dí,
¡cuàndo Mi Bien me has devuelto!
De flores lleno el jardìn,
de frutos repleto el huerto.
Pero con tanta abundancia
mi Señor, yo tengo miedo,
que al venirme Tù a pedir
las cuentas de mi" talento"
no pueda dàrtelo yo multiplicado
por ciento.
Maruja Alvarez de Sotomayor.
SANTOS DE AYER Y DE HOY
2 NOVIEMBRE
Conmemoración de los Fieles Difuntos.
Santos: Vistorino, Teódoto, Vigor, Jorge, obispos; Amigo, Maura, Eustoquio, Domnino, Justo, Romualdo, confesores; Acíndino, Carterio, Estiriaco, Eudaxio, Agapio, mártires; Daría Bochana viuda; Marciano, Ernino, eremitas; Agauno, abad.
2 de noviembre
Conmemoración de los fieles difuntos
?Hoy son multitudes las que van y vienen a los cementerios que están durante todo el día llenos. En los alrededores hay puestos de flores con cantidad de ofrecimientos para adornar siquiera sea por fuera las tumbas y nichos de los seres queridos. Hasta la Iglesia premia determinadas actitudes de los fieles con indulgencias aplicables a los muertos.
?Se lee en cada tumba RIP —DEPA en versión moderna hispana— bien como oración que indica deseo vehemente, bien como afirmación. Al cristiano ese fonema -iniciales de Requiescat in pace en latín o de Descanse en paz en castellano- le suena a oración con tintes de esperanza al recordar lo bueno realizado en vida por el muerto y teniendo muy presente lo mucho que abarca la misericordia de Dios; desde la increencia sólo suena a voz hueca expresiva de la quietud del muerto, del profundo silencio del cementerio considerado como su última morada y juzgando la separación pretérita como una "pérdida irreparable".
?Sin querer, se mezcló la mentalidad pagana: terror y ambiente macabro. Corrupción, abandono y soledad. Vino el espíritu tenebroso del Renacimiento que resumía su pensamiento al respecto con calaveras, tibias cruzadas y columnas rotas como iconografía ridícula, válida para animales cuyo ser muere en su totalidad, y no para el cristiano, que vive esperando su resurrección y hace de su propia muerte el acto humano capital de entrega al Creador, sin dudosa improvisación, adiestrado por las continuas entregas diarias.
?Contemplar el hecho de la muerte a lo pagano se hace irresistible para una sociedad hedonista que bien querría eliminar de raíz su recuerdo. Se contempla a diario que va en auge y tomando cuerpo el "piadoso" ocultamiento casi sistemático del cadáver como si el muerto hubiera hecho algo muy malo o vergonzoso al morirse; como si el muerto fuera algo que es preciso disimular en el tanatorio -sin mortaja a la vista- y con velatorio breve y de compromiso.
También se aprecia que la frecuente dificultad de pagar costos elevados por la muerte del familiar tiene gran parte de la culpa de que se haya borrado tan pronto la memoria de muchos muertos, o se borrará en breve, y consecuentemente desaparecen también los posibles sufragios; el tarro de las cenizas que entregaron al poco de la incineración se conservó en el sitio de honor de la casa el tiempo que duraron las lágrimas, luego llegó a estorbar porque los vecinos decían que era algo macabro, fue pasando a lugares menos dignos hasta que las cenizas se espolvorearon en el campo con hipócrita manifestación romántica y sentimentaloide, o sencillamente acabaron en el contenedor de la basura una buena noche.
?Una ineludible interrogación está en la cabeza de los que creemos y también ronda en el pensamiento de los que aún conservan un recuerdo, aunque sea débil y lejano, de la existencia del más allá ¿Están ya en la Patria los muertos motivo del recuerdo o han de purificarse todavía?
?La celebración de "los que nos han precedido con el signo de la fe" comenzó con san Odilón de Cluny y se extendió por toda la Iglesia. No deja lugar a duda: Son los cristianos muertos los que motivan hoy nuestro rezo. Con los testimonios bíblicos veterotestamentarios, la fe y práctica de la Iglesia Católica confiesa como verdad perteneciente a la fe la existencia del Purgatorio, ese misterioso ámbito, más allá de esta vida, donde se realiza la purificación previa a la gozosa y definitiva proyección hacia la beatitud.
?La muerte, ¿esqueleto con guadaña? Los fieles difuntos no se evocan entre las brumas otoñales como un signo de muerte, sino de gozo por la segura, aunque retardada, conquista de la eternidad con Dios. La muerte no abre las puertas de la nada, sino de la plenitud de la vida, no hay otra visión posible desde la fe.
?El libro del Éxodo narra la salida del Pueblo de la esclavitud con el apoteósico paso del mar Rojo donde termina el enemigo; luego vinieron la Alianza, el maná y camino largo sembrado de dificultades por el inhóspito desierto donde se hace resplandecer el cariño de Dios, la esperanza de la tierra prometida y su posesión. Encierra con su tipología un formidable paso de lo transitorio a lo estable que podría servir para explicar lo que pasa el día en que se conmemora a los fieles difuntos e incluso para revitalizar el espíritu cristiano ante la muerte, porque así es el comienzo y fin de la vida del cristiano.
Muchas cosas convendría revisar porque no pocas veces viene precedida la muerte de la falsa y burguesa idea de no facilitar la presencia del sacerdote con pretextos erróneos de respeto a la intimidad del moribundo y de sus deudos. La debilidad de la fe y el falso sentimiento de piedad hacia el agonizante impiden, en casos cada vez más frecuentes, recibir el perdón de los pecados con el sacramento de la Confesión y las mejores disposiciones ante la ruptura próxima con el sagrado signo de la Unción.
El bautizado vibra con agrado y consuelo por la comunión del Cuerpo de Cristo tomada como Viático, porque sabe que recibe al Buen Pastor -frecuente motivo evangélico en las catacumbas, pensado por los primeros cristianos-. Se siente amparado por los santos y sus méritos en su definitivo paso a la eternidad, apoyado por la Virgen María y rodeado de quienes, queriéndole, le despiden con los honores del que terminó su pelea. Sí, el Rosario y las Letanías son como las salvas de honor. ¡Cómo no besar la imagen del crucifijo redentor en la hora postrera, cuando se unen y compenetran la iglesia de la tierra, la del purgatorio y la del cielo!
Pedimos hoy que se abrevie la dolorosa impaciencia de poseer el Bien seguro y cierto, que la ansiada Luz ilumine ya sus tinieblas esperanzadas y que sean nuestros valedores cuando caminamos.
1 NOVIEMBRE
Fiesta de Todos los Santos
Santos: Juan, Audomaro, Austremonio, Vigor, Marcelo, Licinio, obispos; Diego, presbítero; Cesáreo, Sabas, Dacio, Benigno, Cirenia, Juliana, Pedro de Barco de Ávila, mártires; Severino, monje.
1 de Noviembre
Fiesta de todos los Santos
Muchos hombres y mujeres de toda clase y condición, que nos han precedido, han llegado ya al Cielo y disfrutan para siempre de Dios.
Son muchos más que los beatificados ycanonizados.
Su vida y nombres nos son desconocidos, pero gozan ya de la bienaventuranza.
Esa multitud innumerable es para nosotros ejemplo ya que ellos pasaron por todas las vicisitudes por las que puede pasar cada hombre y mujer que llega al mundo y fueron fieles a Dios en esas circunstancias.
También acudimos a su poderosa intercesión ante Dios.
Cuando los celebramos recordamos la santidad a la que todos estamos llamados.
Conmemoración de los Fieles Difuntos.
Santos: Vistorino, Teódoto, Vigor, Jorge, obispos; Amigo, Maura, Eustoquio, Domnino, Justo, Romualdo, confesores; Acíndino, Carterio, Estiriaco, Eudaxio, Agapio, mártires; Daría Bochana viuda; Marciano, Ernino, eremitas; Agauno, abad.
2 de noviembre
Conmemoración de los fieles difuntos
?Hoy son multitudes las que van y vienen a los cementerios que están durante todo el día llenos. En los alrededores hay puestos de flores con cantidad de ofrecimientos para adornar siquiera sea por fuera las tumbas y nichos de los seres queridos. Hasta la Iglesia premia determinadas actitudes de los fieles con indulgencias aplicables a los muertos.
?Se lee en cada tumba RIP —DEPA en versión moderna hispana— bien como oración que indica deseo vehemente, bien como afirmación. Al cristiano ese fonema -iniciales de Requiescat in pace en latín o de Descanse en paz en castellano- le suena a oración con tintes de esperanza al recordar lo bueno realizado en vida por el muerto y teniendo muy presente lo mucho que abarca la misericordia de Dios; desde la increencia sólo suena a voz hueca expresiva de la quietud del muerto, del profundo silencio del cementerio considerado como su última morada y juzgando la separación pretérita como una "pérdida irreparable".
?Sin querer, se mezcló la mentalidad pagana: terror y ambiente macabro. Corrupción, abandono y soledad. Vino el espíritu tenebroso del Renacimiento que resumía su pensamiento al respecto con calaveras, tibias cruzadas y columnas rotas como iconografía ridícula, válida para animales cuyo ser muere en su totalidad, y no para el cristiano, que vive esperando su resurrección y hace de su propia muerte el acto humano capital de entrega al Creador, sin dudosa improvisación, adiestrado por las continuas entregas diarias.
?Contemplar el hecho de la muerte a lo pagano se hace irresistible para una sociedad hedonista que bien querría eliminar de raíz su recuerdo. Se contempla a diario que va en auge y tomando cuerpo el "piadoso" ocultamiento casi sistemático del cadáver como si el muerto hubiera hecho algo muy malo o vergonzoso al morirse; como si el muerto fuera algo que es preciso disimular en el tanatorio -sin mortaja a la vista- y con velatorio breve y de compromiso.
También se aprecia que la frecuente dificultad de pagar costos elevados por la muerte del familiar tiene gran parte de la culpa de que se haya borrado tan pronto la memoria de muchos muertos, o se borrará en breve, y consecuentemente desaparecen también los posibles sufragios; el tarro de las cenizas que entregaron al poco de la incineración se conservó en el sitio de honor de la casa el tiempo que duraron las lágrimas, luego llegó a estorbar porque los vecinos decían que era algo macabro, fue pasando a lugares menos dignos hasta que las cenizas se espolvorearon en el campo con hipócrita manifestación romántica y sentimentaloide, o sencillamente acabaron en el contenedor de la basura una buena noche.
?Una ineludible interrogación está en la cabeza de los que creemos y también ronda en el pensamiento de los que aún conservan un recuerdo, aunque sea débil y lejano, de la existencia del más allá ¿Están ya en la Patria los muertos motivo del recuerdo o han de purificarse todavía?
?La celebración de "los que nos han precedido con el signo de la fe" comenzó con san Odilón de Cluny y se extendió por toda la Iglesia. No deja lugar a duda: Son los cristianos muertos los que motivan hoy nuestro rezo. Con los testimonios bíblicos veterotestamentarios, la fe y práctica de la Iglesia Católica confiesa como verdad perteneciente a la fe la existencia del Purgatorio, ese misterioso ámbito, más allá de esta vida, donde se realiza la purificación previa a la gozosa y definitiva proyección hacia la beatitud.
?La muerte, ¿esqueleto con guadaña? Los fieles difuntos no se evocan entre las brumas otoñales como un signo de muerte, sino de gozo por la segura, aunque retardada, conquista de la eternidad con Dios. La muerte no abre las puertas de la nada, sino de la plenitud de la vida, no hay otra visión posible desde la fe.
?El libro del Éxodo narra la salida del Pueblo de la esclavitud con el apoteósico paso del mar Rojo donde termina el enemigo; luego vinieron la Alianza, el maná y camino largo sembrado de dificultades por el inhóspito desierto donde se hace resplandecer el cariño de Dios, la esperanza de la tierra prometida y su posesión. Encierra con su tipología un formidable paso de lo transitorio a lo estable que podría servir para explicar lo que pasa el día en que se conmemora a los fieles difuntos e incluso para revitalizar el espíritu cristiano ante la muerte, porque así es el comienzo y fin de la vida del cristiano.
Muchas cosas convendría revisar porque no pocas veces viene precedida la muerte de la falsa y burguesa idea de no facilitar la presencia del sacerdote con pretextos erróneos de respeto a la intimidad del moribundo y de sus deudos. La debilidad de la fe y el falso sentimiento de piedad hacia el agonizante impiden, en casos cada vez más frecuentes, recibir el perdón de los pecados con el sacramento de la Confesión y las mejores disposiciones ante la ruptura próxima con el sagrado signo de la Unción.
El bautizado vibra con agrado y consuelo por la comunión del Cuerpo de Cristo tomada como Viático, porque sabe que recibe al Buen Pastor -frecuente motivo evangélico en las catacumbas, pensado por los primeros cristianos-. Se siente amparado por los santos y sus méritos en su definitivo paso a la eternidad, apoyado por la Virgen María y rodeado de quienes, queriéndole, le despiden con los honores del que terminó su pelea. Sí, el Rosario y las Letanías son como las salvas de honor. ¡Cómo no besar la imagen del crucifijo redentor en la hora postrera, cuando se unen y compenetran la iglesia de la tierra, la del purgatorio y la del cielo!
Pedimos hoy que se abrevie la dolorosa impaciencia de poseer el Bien seguro y cierto, que la ansiada Luz ilumine ya sus tinieblas esperanzadas y que sean nuestros valedores cuando caminamos.
1 NOVIEMBRE
Fiesta de Todos los Santos
Santos: Juan, Audomaro, Austremonio, Vigor, Marcelo, Licinio, obispos; Diego, presbítero; Cesáreo, Sabas, Dacio, Benigno, Cirenia, Juliana, Pedro de Barco de Ávila, mártires; Severino, monje.
1 de Noviembre
Fiesta de todos los Santos
Muchos hombres y mujeres de toda clase y condición, que nos han precedido, han llegado ya al Cielo y disfrutan para siempre de Dios.
Son muchos más que los beatificados ycanonizados.
Su vida y nombres nos son desconocidos, pero gozan ya de la bienaventuranza.
Esa multitud innumerable es para nosotros ejemplo ya que ellos pasaron por todas las vicisitudes por las que puede pasar cada hombre y mujer que llega al mundo y fueron fieles a Dios en esas circunstancias.
También acudimos a su poderosa intercesión ante Dios.
Cuando los celebramos recordamos la santidad a la que todos estamos llamados.
CREER EN EL CIELO-DOMINGO FIESTA DE TODOS LOS SANTOS-
Evangelio del 1 de noviembre
Evangelio según San Mateo 5,1-12.
Al ver a la multitud, Jesús subió a la montaña, se sentó, y sus discípulos se acercaron a él.
Entonces tomó la palabra y comenzó a enseñarles, diciendo:
"Felices los que tienen alma de pobres, porque a ellos les pertenece el Reino de los Cielos.
Felices los pacientes, porque recibirán la tierra en herencia.
Felices los afligidos, porque serán consolados.
Felices los que tienen hambre y sed de justicia, porque serán saciados.
Felices los misericordiosos, porque obtendrán misericordia.
Felices los que tienen el corazón puro, porque verán a Dios.
Felices los que trabajan por la paz, porque serán llamados hijos de Dios.
Felices los que son perseguidos por practicar la justicia, porque a ellos les pertenece el Reino de los Cielos.
Felices ustedes, cuando sean insultados y perseguidos, y cuando se los calumnie en toda forma a causa de mí.
Alégrense y regocíjense entonces, porque ustedes tendrán una gran recompensa en el cielo; de la misma manera persiguieron a los profetas que los precedieron.
CREER EN EL CIELO
José Antonio Pagola
En esta fiesta cristiana de Todos los Santos, quiero decir cómo entiendo y trato de vivir algunos rasgos de mi fe en la vida eterna. Quienes conocen y siguen a Jesucristo me entenderán.
Creer en el cielo es para mí resistirme a aceptar que la vida de todos y de cada uno de nosotros es solo un pequeño paréntesis entre dos inmensos vacíos. Apoyándome en Jesús, intuyo, presiento, deseo y creo que Dios está conduciendo hacia su verdadera plenitud el deseo de vida, de justicia y de paz que se encierra en la creación y en el corazón da la humanidad.
Creer en el cielo es para mí rebelarme con todas mis fuerzas a que esa inmensa mayoría de hombres, mujeres y niños, que solo han conocido en esta vida miseria, hambre, humillación y sufrimientos, quede enterrada para siempre en el olvido. Confiando en Jesús, creo en una vida donde ya no habrá pobreza ni dolor, nadie estará triste, nadie tendrá que llorar. Por fin podré ver a los que vienen en las pateras llegar a su verdadera patria.
Creer en el cielo es para mí acercarme con esperanza a tantas personas sin salud, enfermos crónicos, minusválidos físicos y psíquicos, personas hundidas en la depresión y la angustia, cansadas de vivir y de luchar. Siguiendo a Jesús, creo que un día conocerán lo que es vivir con paz y salud total. Escucharán las palabras del Padre: Entra para siempre en el gozo de tu Señor.
No me resigno a que Dios sea para siempre un "Dios oculto", del que no podamos conocer jamás su mirada, su ternura y sus abrazos. No me puedo hacer a la idea de no encontrarme nunca con Jesús. No me resigno a que tantos esfuerzos por un mundo más humano y dichoso se pierdan en el vacío. Quiero que un día los últimos sean los primeros y que las prostitutas nos precedan. Quiero conocer a los verdaderos santos de todas las religiones y todos los ateísmos, los que vivieron amando en el anonimato y sin esperar nada.
Un día podremos escuchar estas increíbles palabras que el Apocalipsis pone en boca de Dios: «Al que tenga sed, yo le daré a beber gratis de la fuente de la vida». ¡Gratis! Sin merecerlo. Así saciará Dios la sed de vida que hay en nosotros
viernes, 30 de octubre de 2009
jueves, 29 de octubre de 2009
FIESTA DE TODOS LOS SANTOS
Solemnidad de Todos los Santos
Homilía de JPII sobre en esta fiesta, 97
Durante todo el año celebramos la fiesta de muchos santos famosos. Pero la Iglesia ha querido recordar que en el cielo hay innumerables santos que no cabrían en el calendario. Por eso nos regala esta solemne fiesta de Todos los Santos que abarca a todos nuestros hermanos que ya están en el cielo. Multitudes de santos desconocidos por nosotros pero amadísimos de Dios. Entre ellos pueden haber familiares nuestros, amigos, vecinos...
Universal vocación a la santidad en la Iglesia
La fiesta de Todos los Santos no es solo para recordar sino también una llamada a que vivamos todos nuestra vocación a la santidad, cada uno según su propio estado de vida (como solteros, casados, viudos, consagrados, etc.). El capítulo V de la Constitución Dogmática "Lumen Gentium" (Concilio Vaticano II), lleva por título "Universal vocación a la santidad en la Iglesia". Dios nos creó para que seamos santos. Según Benedicto XVI, "El santo es aquel que está tan fascinado por la belleza de Dios y por su perfecta verdad que éstas lo irán progresivamente transformando. Por esta belleza y verdad está dispuesto a renunciar a todo, también a sí mismo. Le es suficiente el amor de Dios, que experimenta y transmite en el servicio humilde y desinteresado del prójimo".
Historia
Desde la Iglesia primitiva, los cristianos siempre hemos venerado a los mártires por su virtud heroica. Al guardar en nuestros corazones sus memorias y su ejemplo, nos animan a vivir también nosotros la radicalidad del Evangelio. Es por ello que se guardan sus reliquias. Estas pueden ser partes de sus cuerpos o de sus ropas u otros artículos asociados con ellos. En la Biblia leemos que los cristianos guardaban hasta las ropas y pañuelos que San Pablo hubiese tocado (Hechos 19,12).
Durante la persecución de Diocleciano (284-305) hubieron tantos mártires que no se podían conmemorar todos. Así surgió la necesidad de una fiesta en común la cual se comenzó a celebrar, aunque en diferentes fechas, a partir del siglo IV.
La Roma pagana observaba el fin del año el 21 de febrero con una fiesta llamada Feralia, para darle descanso y paz a los difuntos. Se rezaba y hacían sacrificios por ellos. Con la cristianización del imperio, los papas pudieron remplazar las prácticas paganas. El 13 de Mayo de 609 o 610, el Papa Bonifacio IV consagró el Panteón Romano (donde antes se honraba a dioses paganos) para ser templo de la Santísima Virgen y de todos los Mártires. Fue así que se comenzó la fiesta para todos los santos. Gregorio III (731-741) la transfirió al 1ro de Noviembre. Gregorio IV (827-844) extendió esta fiesta a toda la Iglesia.
Los Ortodoxos griegos celebran a todos los santos el primer domingo después de Pentecostés.
Hoy es necesario renovar la Solemnidad de Todos los Santos. Si no la vivimos, fiestas paganas, como Halloween, tomarán su lugar.
EVANGELIO Y SANTOS DE HOY
Día litúrgico: Viernes XXX del tiempo ordinario
Texto del Evangelio (Lc 14,1-6): Un sábado, Jesús fue a casa de uno de los jefes de los fariseos para comer, ellos le estaban observando. Había allí, delante de Él, un hombre hidrópico. Entonces preguntó Jesús a los legistas y a los fariseos: «¿Es lícito curar en sábado, o no?». Pero ellos se callaron. Entonces le tomó, le curó, y le despidió. Y a ellos les dijo: «¿A quién de vosotros se le cae un hijo o un buey a un pozo en día de sábado y no lo saca al momento?». Y no pudieron replicar a esto.
¿Es lícito curar en sábado, o no?
Hoy fijamos nuestra atención en la punzante pregunta que Jesús hace a los fariseos: «¿Es lícito curar en sábado, o no?» (Lc 14,3), y en la significativa anotación que hace san Lucas: «Pero ellos se callaron» (Lc 14,4).
Son muchos los episodios evangélicos en los que el Señor echa en cara a los fariseos su hipocresía. Es notable el empeño de Dios en dejarnos claro hasta qué punto le desagrada ese pecado —la falsa apariencia, el engaño vanidoso—, que se sitúa en las antípodas de aquel elogio de Cristo a Natanael: «Ahí tenéis a un israelita de verdad, en quien no hay engaño» (Jn 1,47). Dios ama la sencillez de corazón, la ingenuidad de espíritu y, por el contrario, rechaza enérgicamente el enmarañamiento, la mirada turbia, el ánimo doble, la hipocresía.
Lo significativo de la pregunta del Señor y de la respuesta silenciosa de los fariseos es la mala conciencia que éstos, en el fondo, tenían. Delante yacía un enfermo que buscaba ser curado por Jesús. El cumplimiento de la Ley judaica —mera atención a la letra con menosprecio del espíritu— y la fatua presunción de su conducta intachable, les lleva a escandalizarse ante la actitud de Cristo que, llevado por su corazón misericordioso, no se deja atar por el formalismo de una ley, y quiere devolver la salud al que carecía de ella.
Los fariseos se dan cuenta de que su conducta hipócrita no es justificable y, por eso, callan. En este pasaje resplandece una clara lección: la necesidad de entender que la santidad es seguimiento de Cristo —hasta el enamoramiento pleno— y no frío cumplimiento legal de unos preceptos. Los mandamientos son santos porque proceden directamente de la Sabiduría infinita de Dios, pero es posible vivirlos de una manera legalista y vacía, y entonces se da la incongruencia —auténtico sarcasmo— de pretender seguir a Dios para terminar yendo detrás de nosotros mismos.
Dejemos que la encantadora sencillez de la Virgen María se imponga en nuestras vidas.
30 OCTUBRE
Santos: Zenobio, obispo y mártir; Arilde, Irene, Atansio, confesores; Gerardo, Celsino, Pimenio, obispos; Claudio, Lucano, Marcelo, Lupercio, Victorio, Serapión, Saturnino, Talasio, Bayo, mártires; Nantero, abad; Domingo Dollins, beato.
30 de Octubre
Marcelo, mártir (s. III)
Se conservan actas con bastantes rasgos de historicidad.
Marcelo es un Centurión que, según parece, pertenecía a la Legio VII Gemina y el lugar de los hechos bien pudo ser la ciudad de León.
Su proceso tuvo lugar en dos pasos: primero en España, ante el presidente o gobernador Fortunato (28 de Julio del 298) y en Tánger el definitivo, ante Aurelio Agricolano (30 de Octubre del mismo año).
Fortunato envió a Agricolano el siguiente texto causa del juicio contra Marcelo: «Manilio Fortunato a Agricolano, su señor, salud. En el felicísimo día en que en todo el orbe celebramos solemnemente el cumpleaños de nuestros señores augustos césares, señor Aurelio Agricolano, Marcelo, centurión ordinario, como si se hubiese vuelto loco, se quitó espontáneamente el cinto militar y arrojó la espada y el bastón de centurión delante de las tropas de nuestros señores».
Ante Fortunato, Marcelo explica su actitud diciendo que era cristiano y no podía militar en más ejército que en el de Jesucristo, hijo de Dios omnipotente.
Fortunato, ante un hecho de tanta gravedad, creyó necesario notificarlo a los emperadores y césares y enviar a Marcelo para que lo juzgase su superior, el viceprefecto Agricolano. En Tánger, y ante Agricolano, se lee a Marcelo el acta de acusación, que él confirma y acepta, por lo que es condenado a la decapitación.
La historia es así de escueta a la distancia de casi dieciocho siglos.
La leyenda -no necesariamente falsa- abunda en algunos detalles que, si bien no son necesarios para el esclarecimiento del hecho, sí lo explicita, o al menos lo sublima para estímulo de los cristianos. Así, se añade la puntualización de que se trataba de un acto oficial y solemne en que toda la tropa militar estaba dispuesta para ofrecer sacrificios a los dioses paganos e invocar su protección sobre el Emperador.
Los descreídos probablemente aseveren que un acto así es propio de un loco; sí, una locura. Perder la vida... por nada. Ya lo dijo también el jefe romano.
Los cobardes, con su ánimo pusilánime, probablemente afirmen que Marcelo hizo el tonto; en fin, que algunas veces, en situaciones delicadas, es preciso contemporizar cuando los tiempos vienen así, que hay que saber adaptarse y que... lo importante es creer en Dios.
Los fanáticos, dejándose llevar de la temeridad impulsiva que los caracteriza, quizá digan que un hombre con fe, en una situación como esa, debía haberse liado a sablazos con los jefes y con los demás soldados. Fue... un miserable blando.
La Iglesia ve en Marcelo... a un mártir.
Texto del Evangelio (Lc 14,1-6): Un sábado, Jesús fue a casa de uno de los jefes de los fariseos para comer, ellos le estaban observando. Había allí, delante de Él, un hombre hidrópico. Entonces preguntó Jesús a los legistas y a los fariseos: «¿Es lícito curar en sábado, o no?». Pero ellos se callaron. Entonces le tomó, le curó, y le despidió. Y a ellos les dijo: «¿A quién de vosotros se le cae un hijo o un buey a un pozo en día de sábado y no lo saca al momento?». Y no pudieron replicar a esto.
¿Es lícito curar en sábado, o no?
Hoy fijamos nuestra atención en la punzante pregunta que Jesús hace a los fariseos: «¿Es lícito curar en sábado, o no?» (Lc 14,3), y en la significativa anotación que hace san Lucas: «Pero ellos se callaron» (Lc 14,4).
Son muchos los episodios evangélicos en los que el Señor echa en cara a los fariseos su hipocresía. Es notable el empeño de Dios en dejarnos claro hasta qué punto le desagrada ese pecado —la falsa apariencia, el engaño vanidoso—, que se sitúa en las antípodas de aquel elogio de Cristo a Natanael: «Ahí tenéis a un israelita de verdad, en quien no hay engaño» (Jn 1,47). Dios ama la sencillez de corazón, la ingenuidad de espíritu y, por el contrario, rechaza enérgicamente el enmarañamiento, la mirada turbia, el ánimo doble, la hipocresía.
Lo significativo de la pregunta del Señor y de la respuesta silenciosa de los fariseos es la mala conciencia que éstos, en el fondo, tenían. Delante yacía un enfermo que buscaba ser curado por Jesús. El cumplimiento de la Ley judaica —mera atención a la letra con menosprecio del espíritu— y la fatua presunción de su conducta intachable, les lleva a escandalizarse ante la actitud de Cristo que, llevado por su corazón misericordioso, no se deja atar por el formalismo de una ley, y quiere devolver la salud al que carecía de ella.
Los fariseos se dan cuenta de que su conducta hipócrita no es justificable y, por eso, callan. En este pasaje resplandece una clara lección: la necesidad de entender que la santidad es seguimiento de Cristo —hasta el enamoramiento pleno— y no frío cumplimiento legal de unos preceptos. Los mandamientos son santos porque proceden directamente de la Sabiduría infinita de Dios, pero es posible vivirlos de una manera legalista y vacía, y entonces se da la incongruencia —auténtico sarcasmo— de pretender seguir a Dios para terminar yendo detrás de nosotros mismos.
Dejemos que la encantadora sencillez de la Virgen María se imponga en nuestras vidas.
30 OCTUBRE
Santos: Zenobio, obispo y mártir; Arilde, Irene, Atansio, confesores; Gerardo, Celsino, Pimenio, obispos; Claudio, Lucano, Marcelo, Lupercio, Victorio, Serapión, Saturnino, Talasio, Bayo, mártires; Nantero, abad; Domingo Dollins, beato.
30 de Octubre
Marcelo, mártir (s. III)
Se conservan actas con bastantes rasgos de historicidad.
Marcelo es un Centurión que, según parece, pertenecía a la Legio VII Gemina y el lugar de los hechos bien pudo ser la ciudad de León.
Su proceso tuvo lugar en dos pasos: primero en España, ante el presidente o gobernador Fortunato (28 de Julio del 298) y en Tánger el definitivo, ante Aurelio Agricolano (30 de Octubre del mismo año).
Fortunato envió a Agricolano el siguiente texto causa del juicio contra Marcelo: «Manilio Fortunato a Agricolano, su señor, salud. En el felicísimo día en que en todo el orbe celebramos solemnemente el cumpleaños de nuestros señores augustos césares, señor Aurelio Agricolano, Marcelo, centurión ordinario, como si se hubiese vuelto loco, se quitó espontáneamente el cinto militar y arrojó la espada y el bastón de centurión delante de las tropas de nuestros señores».
Ante Fortunato, Marcelo explica su actitud diciendo que era cristiano y no podía militar en más ejército que en el de Jesucristo, hijo de Dios omnipotente.
Fortunato, ante un hecho de tanta gravedad, creyó necesario notificarlo a los emperadores y césares y enviar a Marcelo para que lo juzgase su superior, el viceprefecto Agricolano. En Tánger, y ante Agricolano, se lee a Marcelo el acta de acusación, que él confirma y acepta, por lo que es condenado a la decapitación.
La historia es así de escueta a la distancia de casi dieciocho siglos.
La leyenda -no necesariamente falsa- abunda en algunos detalles que, si bien no son necesarios para el esclarecimiento del hecho, sí lo explicita, o al menos lo sublima para estímulo de los cristianos. Así, se añade la puntualización de que se trataba de un acto oficial y solemne en que toda la tropa militar estaba dispuesta para ofrecer sacrificios a los dioses paganos e invocar su protección sobre el Emperador.
Los descreídos probablemente aseveren que un acto así es propio de un loco; sí, una locura. Perder la vida... por nada. Ya lo dijo también el jefe romano.
Los cobardes, con su ánimo pusilánime, probablemente afirmen que Marcelo hizo el tonto; en fin, que algunas veces, en situaciones delicadas, es preciso contemporizar cuando los tiempos vienen así, que hay que saber adaptarse y que... lo importante es creer en Dios.
Los fanáticos, dejándose llevar de la temeridad impulsiva que los caracteriza, quizá digan que un hombre con fe, en una situación como esa, debía haberse liado a sablazos con los jefes y con los demás soldados. Fue... un miserable blando.
La Iglesia ve en Marcelo... a un mártir.
miércoles, 28 de octubre de 2009
EL SUICIDIO DEL ALMA
POETAS DEL SUICIDIO
Sus últimos poemas ya preservaban sus intenciones,
de las que nadie imaginó, futuro… triste sucediera
un incidente, ya pasado y en vida ninguno quisiera
el acto del cobarde, el valiente; lastimara corazones.
Me interrogo siempre, si las investigaciones cabales,
fueron, ó si fue tan simple el inventar una reacción,
para convencer a todos. ¿Hubo tan lastimado corazón,
por amor, causal de provocación, así, sin criminales?
Existió algún pensamiento, sentencia de ésta huida,
en el cual cometió se un magno y semejante pecado
para olvidar el alma, desvanecerla, hacerla a un lado
con la acción mega aberrante de arrancarse la vida.
Inconcebible para muchos y cuestionable para metas
que no pudimos obtener, muy trascendentes serían,
si hubiese sido tan fácil, lo difícil, lo que querían
hoy no nos sorprenderíamos, nosotros… los Poetas.
El amor… Sentimiento del cual todo escritor hace
fuente de inspiración para Poemas donde advierte
que cuando éste fantasma llega a ser tan fuerte
puede definir hechos, determinantes, de lo que nace.
Cómo tener tanta fuerza después de hacer escribir
al corazón; que llora… al plasmar máximo sentimiento;
que escurre en lágrimas, con tinta, un cruel tormento;
yo puedo entender, que hizo… que no quisieran vivir.
Injusticia! … Es… el tener que haberse enamorado;
de vidas, ajenas tal vez. De vidas ya comprometidas,
como me pasó a mí… Y en mis acciones cometidas;
además de escribir, yo también… pude haberme suicidado.
Pude… Como ustedes; Colegas, el cometer homicidio,
contra mi mismo. Por eso entiendo, discutida decisión.
Y comprendo… que vivir… contra el alma y contra el corazón,
No se puede… Mis respetos, con dolor, Poetas… del suicidio…
Alviz Neleb
martes, 27 de octubre de 2009
SAN JUDAS TADEO
Oración a San Judas Tadeo
¡Santo Apóstol San Judas, fiel siervo y amigo de Jesús!, la Iglesia te honra e invoca universalmente, como el patrón de los casos difíciles y desesperados. Ruega por mi, estoy solo y sin ayuda.
Te imploro hagas uso del privilegio especial que se te ha concedido, de socorrer pronto y visiblemente cuando casi se ha perdido toda esperanza. Ven en mi ayuda en esta gran necesidad, para que pueda recibir consuelo y socorro del cielo en todas mis necesidades, tribulaciones y sufrimientos, particularmente (haga aquí su petición), y para que pueda alabar a Dios contigo y con todos los elegidos por siempre.
Te doy las gracias glorioso San Judas, y prometo nunca olvidarme de este gran favor, honrarte siempre como mi patrono especial y poderoso y, con agradecimiento hacer todo lo que pueda para fomentar tu devoción. Amén.
EL ARZOBISPO DE FLORENCIA DESTITUYE A UN CURA POR CASAR A UN TRANSEXUAL
El arzobispo le invita a vivir "un tiempo de reflexión"
Destituido un cura italiano por casar a una transexual
El sacerdote advirtió en la homilía que lo hacía por "fidelidad a su gente" La pareja de recién casados.
La supuesta boda ha creado "desconcierto y confusión en la comunidad cristiana y en la opinión pública
¿Hizo bien el arzobispo al echar al cura? Sí, hay que mantener la disciplina
No, el cura actuó enconciencia
No, la Iglesia se retrata Un párroco de un barrio de Florencia ha sido destituido por el arzobispo por haber casado a "una mujer que nació hombre", al considerar que ha cometido una "simulación de un sacramento, ya que faltan los elementos que constituyen un matrimonio religioso", ser dos personas de distinto sexo. Se trata del sacerdote Alessandro Santoro, párroco del barrio popular de Piagge, que ayer, domingo, casó ante 200 fieles de la parroquia a Sandra Alvino, de 64 años, nacida hombre, y a Fortunato Talotta, de 58 años.
Ya durante la homilía, Santoro dijo, según recogen hoy los medios locales, que su gesto no era de "rebelión contra la Iglesia", sino un acto de fidelidad "a su gente, al Evangelio, a las personas que quiere, un acto debido". Y agregó que tanto él como los contrayentes estaban "seguros" de que cuando las actas matrimoniales llegarán a la diócesis el matrimonio sería anulado, "pero no será nulo para nosotros, para esta comunidad, a los ojos de Dios".
Un día después, el arzobispo de Florencia, Giuseppe Bettori, relevó al sacerdote del puesto y le pidió que viva un tiempo "de reflexión y plegarias". A la vez, el arzobispado hizo público un comunicado en el que precisó que la boda fue "una simulación de un sacramento, un acto sin valor y eficacia, en cuanto faltan los elementos constitutivos de un matrimonio religioso", es decir entre un hombre y una mujer.
El arzobispo señaló que ya en enero del pasado año se informó a la pareja que no podían contraer matrimonio religioso por las causas anteriores y que el celebrado ayer "lleva al engaño, ya que las dos personas implicadas pueden creer que han celebrado un sacramento donde era imposible". Asimismo, la Curia de Florencia señala que la supuesta boda ha creado "desconcierto y confusión en la comunidad cristiana y en la opinión pública, que pueden pensar que en la Iglesia han cambiado las condiciones para contraer matrimonio canónico". "Gestos como los de Santoro contradicen el ministerio pastoral", subrayó el comunicado del arzobispado florentino.
Tras conocer la destitución del cura, Sandra Alvino dijo que "no es justo", ya que el sacerdote no ha cometido delito alguno. "Ha hecho lo que sentía y lo ha hecho como cura", agregó, y precisó: "No sé si mi matrimonio es válido, pero sé que ayer realicé el sueño de mi vida, con este matrimonio he vencido mi batalla, por lo que tanto he luchado". (RD/Efe)
Destituido un cura italiano por casar a una transexual
El sacerdote advirtió en la homilía que lo hacía por "fidelidad a su gente" La pareja de recién casados.
La supuesta boda ha creado "desconcierto y confusión en la comunidad cristiana y en la opinión pública
¿Hizo bien el arzobispo al echar al cura? Sí, hay que mantener la disciplina
No, el cura actuó enconciencia
No, la Iglesia se retrata Un párroco de un barrio de Florencia ha sido destituido por el arzobispo por haber casado a "una mujer que nació hombre", al considerar que ha cometido una "simulación de un sacramento, ya que faltan los elementos que constituyen un matrimonio religioso", ser dos personas de distinto sexo. Se trata del sacerdote Alessandro Santoro, párroco del barrio popular de Piagge, que ayer, domingo, casó ante 200 fieles de la parroquia a Sandra Alvino, de 64 años, nacida hombre, y a Fortunato Talotta, de 58 años.
Ya durante la homilía, Santoro dijo, según recogen hoy los medios locales, que su gesto no era de "rebelión contra la Iglesia", sino un acto de fidelidad "a su gente, al Evangelio, a las personas que quiere, un acto debido". Y agregó que tanto él como los contrayentes estaban "seguros" de que cuando las actas matrimoniales llegarán a la diócesis el matrimonio sería anulado, "pero no será nulo para nosotros, para esta comunidad, a los ojos de Dios".
Un día después, el arzobispo de Florencia, Giuseppe Bettori, relevó al sacerdote del puesto y le pidió que viva un tiempo "de reflexión y plegarias". A la vez, el arzobispado hizo público un comunicado en el que precisó que la boda fue "una simulación de un sacramento, un acto sin valor y eficacia, en cuanto faltan los elementos constitutivos de un matrimonio religioso", es decir entre un hombre y una mujer.
El arzobispo señaló que ya en enero del pasado año se informó a la pareja que no podían contraer matrimonio religioso por las causas anteriores y que el celebrado ayer "lleva al engaño, ya que las dos personas implicadas pueden creer que han celebrado un sacramento donde era imposible". Asimismo, la Curia de Florencia señala que la supuesta boda ha creado "desconcierto y confusión en la comunidad cristiana y en la opinión pública, que pueden pensar que en la Iglesia han cambiado las condiciones para contraer matrimonio canónico". "Gestos como los de Santoro contradicen el ministerio pastoral", subrayó el comunicado del arzobispado florentino.
Tras conocer la destitución del cura, Sandra Alvino dijo que "no es justo", ya que el sacerdote no ha cometido delito alguno. "Ha hecho lo que sentía y lo ha hecho como cura", agregó, y precisó: "No sé si mi matrimonio es válido, pero sé que ayer realicé el sueño de mi vida, con este matrimonio he vencido mi batalla, por lo que tanto he luchado". (RD/Efe)
lunes, 26 de octubre de 2009
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