El Vaticano tacha de "carnavalada" la campaña de los autobuses ateos
Sábado, 10 de enero 2009
Más que una broma de mal gusto. El caso de los autobuses ateos preocupa, y mucho, en el Vaticano. Y su "ministro" de Cultura, Gianfranco Ravasi, ha querido terciar en la polémica y atajar de raíz la publicidad anteteísta, que comenzó en el Reino Unido y pasó a España. Y desde España puede extenderse a Latinoamérica, la reserva espiritual de la cristiandad. De ahí que, el curial vaticano la tildase de "carnavalada" y propia de un ateísmo "intelectualmente poco serio".
Ravasi, que pasa por uno de los intelectuales más prestigiosos de la Iglesia, considera que "ni Marx, ni Nietzsche, ni Sartre habrían hecho este tipo de publicidad", que lo único que busca es la "banalización" del tema y se queda en una "completa superficialidad". De ahí que, a su juicio, el diálogo con este tipo de ateísmo superficial sea "difícil" por su propia naturaleza, ya que "se queda en la burla, en el sarcasmo" y "renuncia a un estudio a fondo" del argumento existencial. Para Ravasi, "es posible entablar un diálogo fructífero e interesante con los ateos "pensantes", lo contrario de lo que pasa con el ateísmo "no pensante", que sólo está dispuesto a ridiculizar y banalizar".
Por último, el ministro de Cultura del Papa acusa a los ateos que inrpiran y propagan la publicidad en los autobuses de Inglaterra y de España de copiar "la tipología de campañas que utilizan algunas misiones cristianas". Es decir, para criticar a la religión, "adquieren los tonos y modos que ésta utiliza". La campaña que se desarrolla en Barcelona ( y pronto se extenderá a madrid, Valencia, Sevilla y Bilbao) por iniciativa de la Unión de Ateos y Librepensadores, invita a los ciudadanos a disfrutar de la vida sin pensar en el pecado. Probablemente, Dios no existe. Deja de preocuparte y goza de la vida, les recomiendan desde los autobuses.
La idea original proviene de Londres y está pagada, al igual que en la ciudad condal, con fondos de particulares. Se le ocurrió al columnista Ariane Sherine, del diario The Guardian, tras leer en una web cristiana que los ateos pasarían "la eternidad en el infierno y ardiendo en un lago de fuego". Con el apoyo de la Asociación Humanista Británica y el profesor Richard Dawkins, Sherine pidió, a finales de octubre del año pasado, donaciones de unas cinco libras para invitar al ateísmo desde los autobuses de dos pisos. Se recaudaron más de 100.000.
Sábado, 10 de enero 2009
Más que una broma de mal gusto. El caso de los autobuses ateos preocupa, y mucho, en el Vaticano. Y su "ministro" de Cultura, Gianfranco Ravasi, ha querido terciar en la polémica y atajar de raíz la publicidad anteteísta, que comenzó en el Reino Unido y pasó a España. Y desde España puede extenderse a Latinoamérica, la reserva espiritual de la cristiandad. De ahí que, el curial vaticano la tildase de "carnavalada" y propia de un ateísmo "intelectualmente poco serio".
Ravasi, que pasa por uno de los intelectuales más prestigiosos de la Iglesia, considera que "ni Marx, ni Nietzsche, ni Sartre habrían hecho este tipo de publicidad", que lo único que busca es la "banalización" del tema y se queda en una "completa superficialidad". De ahí que, a su juicio, el diálogo con este tipo de ateísmo superficial sea "difícil" por su propia naturaleza, ya que "se queda en la burla, en el sarcasmo" y "renuncia a un estudio a fondo" del argumento existencial. Para Ravasi, "es posible entablar un diálogo fructífero e interesante con los ateos "pensantes", lo contrario de lo que pasa con el ateísmo "no pensante", que sólo está dispuesto a ridiculizar y banalizar".
Por último, el ministro de Cultura del Papa acusa a los ateos que inrpiran y propagan la publicidad en los autobuses de Inglaterra y de España de copiar "la tipología de campañas que utilizan algunas misiones cristianas". Es decir, para criticar a la religión, "adquieren los tonos y modos que ésta utiliza". La campaña que se desarrolla en Barcelona ( y pronto se extenderá a madrid, Valencia, Sevilla y Bilbao) por iniciativa de la Unión de Ateos y Librepensadores, invita a los ciudadanos a disfrutar de la vida sin pensar en el pecado. Probablemente, Dios no existe. Deja de preocuparte y goza de la vida, les recomiendan desde los autobuses.
La idea original proviene de Londres y está pagada, al igual que en la ciudad condal, con fondos de particulares. Se le ocurrió al columnista Ariane Sherine, del diario The Guardian, tras leer en una web cristiana que los ateos pasarían "la eternidad en el infierno y ardiendo en un lago de fuego". Con el apoyo de la Asociación Humanista Británica y el profesor Richard Dawkins, Sherine pidió, a finales de octubre del año pasado, donaciones de unas cinco libras para invitar al ateísmo desde los autobuses de dos pisos. Se recaudaron más de 100.000.
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