martes, 6 de octubre de 2009
AFRICA UN INMENSO PULMON ESPIRITUAL PARA LA HUMANIDAD
África: un inmenso "pulmón" espiritual para la humanidad
CIUDAD DEL VATICANO Benedicto XVI presidió en la basílica vaticana la concelebración eucarística con 239 padres sinodales y 55 colaboradores, con ocasión de la apertura de la II Asamblea Especial para África del Sínodo de los Obispos, que se celebrará en el Aula del Sínodo del Vaticano hasta el 25 de octubre.
En la homilía, el Santo Padre comentó tres aspectos de la liturgia de la palabra de hoy: que guardan relación con las sesiones de trabajo sinodales: el primado de Dios, Creador y Señor, el matrimonio y los niños.
"Sobre el primer aspecto -dijo-, África es depositaria de un tesoro inestimable para el mundo entero: su profundo sentido de Dios. (...) Cuando se habla de los tesoros de África, en seguida se piensa en los recursos de los que es rico su territorio y que desgraciadamente se han convertido y siguen siendo motivo de explotación, de conflicto y de corrupción. En cambio, la palabra de Dios nos hace mirar otro patrimonio: el espiritual y cultural, que la humanidad necesita aún más que las materias primas".
El Papa subrayó que "África representa un inmenso "pulmón" espiritual, para una humanidad que sufre una crisis de fe y esperanza. Pero este "pulmón" puede enfermar. Y, por el momento, al menos dos peligrosas patologías lo están atacando: ante todo, una enfermedad que ya está extendida en el mundo occidental, es decir, el materialismo práctico, combinado con el pensamiento relativista y nihilista".
"Es indiscutible -continuó- que a veces el llamado "primer" mundo ha exportado, y sigue exportando, tóxicos desechos espirituales, que contagian a las poblaciones de los demás continentes, en especial las africanas. En este sentido el colonialismo, terminado en el plano político, no se ha acabado del todo".
El Santo Padre dijo que el segundo "virus" "que podría afectar también a África, es el fundamentalismo religioso, mezclado con los intereses políticos y económicos. Grupos que pertenecen a diferentes religiones se están extendiendo en el continente africano; lohacen en nombre de Dios, pero según una lógica opuesta a la divina, es decir, enseñando y practicando no el amor y el respeto de la libertad, sino la intolerancia y la violencia".
En cuanto al tema del matrimonio, "así como la Biblia nos lo presenta, no existe fuera de la relación con Dios. La vida conyugal entre el hombre y la mujer, y por lo tanto de la familia que genera, está inscrita en la comunión con Dios y, a la luz del Nuevo Testamento, es un icono del Amor trinitario y sacramento de la unión de Cristo con la Iglesia. En la medida en que custodia y desarrolla su fe, África podrá encontrar unos recursos inmensos para donar en provecho de la familia fundada en el matrimonio".
Benedicto XVI afirmó que en la escena de Jesús que acoge a los niños, "vemos la imagen de la Iglesia que en África, y en cualquier otra parte de la tierra, manifiesta su maternidad sobre todo hacia los más pequeños, incluso cuando aún no han nacido".
"Sigue siendo naturalmente válida y actual -añadió- la tarea primaria de la evangelización, es más, de una nueva evangelización que tenga en cuenta los rápidos cambios sociales de nuestra época y del fenómeno de la globalización mundial".
El actual sínodo, cuyo tema es: "La Iglesia a África al servicio de la reconciliación, de la justicia y de la paz "Vosotros sois la sal de la tierra... Vosotros sois la luz del mundo", "es un momento propicio -dijo- para replantearse la actividad pastoral y renovar el impulso de evangelización. Para ser luz del mundo y sal de la tierra hay que aspirar siempre al "listón más alto" de la vida cristiana, es decir, la santidad".
"Que la Iglesia en África -pidió- sea siempre una familia de auténticos discípulos de Cristo, donde la diferencia entre etnias se convierta en motivo y estímulo para un recíproco enriquecimiento humano y espiritual".
El Santo Padre resaltó que la reconciliación "es el cimiento estable sobre el que construir la paz, condición indispensable para el auténtico progreso de los hombres y de la sociedad, según el proyecto de justicia querido por Dios".
Antes de concluir, el Papa pidió a todos que rezaran por los frutos de la II Asamblea Especial para África, cuyos trabajos comienzan mañana.
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