jueves, 21 de enero de 2010

CON HAITI





Desde la Iglesia Evangélica Filadelfia y desde el resto de las iglesias Evangélicas de España así como toda la comunidad Cristiana queremos mostrar nuestra solidaridad y nuestro más sincero pésame por la desgracia ocurrida en Haití. Espero que el número de víctimas no aumenten y que los que han quedado heridos, sin hogar y sin alimentos puedan recibir las ayudas necesarias.

En estas ocasiones es cuando tenemos que mostrar nuestro lado más humano y sensible entendiendo que en la vida hay prioridades, y esta es una de ellas. Desde el dolor que a mí me embarga tengo que decir que entiendo el lenguaje del llanto amargo que produce la pérdida de vidas que son irrecuperables y que no hay palabras para describirlo.

Estaremos orando por todas estas familias además de intentar ofrecer la ayuda que estén en nuestra mano con nuestras ofrendas y nuestro apoyo que aportaremos a las distintas ONGS del país.

Esta sin duda es la parte más dura de la vida. Esto es lo que realmente nadie quisiera que pasara, lo que a todos nos deja sin respiración, y lo que ni las más terribles pesadillas son equiparables en provocar tanto dolor.

Pero a veces creemos que todo se puede evitar o desearíamos que lo malo no ocurriera nunca; pero es imprevisible. Nadie en los pronósticos más cercanos podía imaginar una tragedia tan grande. Y Haití nunca será ya la misma después del pasado día 12 de Enero.

Y pienso que unas horas antes del desastre las personas que estaban en la zona jamás pensaron que estarían inmersas en el terremoto que sacudiría sus vidas de esta forma para siempre. DESEO QUE QUIENES HAN SOBREVIVIDO NO PIERDAN LA ESPERANZA.

Este será el articulo más corto, el del silencio, el del dolor. Por esto sirvan estas líneas finales que quedan en blanco, como señal de respeto y de duelo hacia las victimas.

J. José Cortés es pastor evangélico de la Iglesia de Filadelfia

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