martes, 1 de diciembre de 2009
VIH-VIRUS DEL DIA
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El SIDA hoy
La epidemia del SIDA provoca la aparición de casi 600 nuevos casos por hora. En la XIV Conferencia Internacional sobre SIDA celebrada en Barcelona, organizaciones supranacionales, gobiernos y expertos han intentado consensuar nuevas fórmulas para lograr una salida. Las conclusiones caminan en un mismo sentido: el futuro sólo podría encararse con optimismo si se ponen encima de la mesa un mínimo de 10.000 millones de dólares al año (10.200 millones de euros).
El SIDA matará a unos 70 millones de personas en los próximos 20 años si la comunidad internacional no amplía drásticamente sus programas de prevención y su compromiso económico. Tan sólo en 2001, el virus contagió a cinco millones de personas, la gran mayoría en África. Las cifras incluidas en el informe de la agencia de la ONU contra el SIDA (Onusida), confirman que la pandemia sigue progresando.
Los números son devastadores. El sida provocó tres millones de muertes el año pasado (2.2 millones en África) y la infección de otros cinco millones de personas. Desde que se detectara el primer caso en 1981, el virus ha matado a 20 millones y ha dejado 14 millones de huérfanos. En estos momentos, 40 millones de personas son seropositivas, de las que tres millones tienen menos de 15 años. Sólo 730.000 seropositivos (menos de un 2%) tienen acceso a fármacos antirretrovirales, casi todos en países desarrollados. Si la comunidad internacional no se moviliza, los demás están condenados a muerte.
Además, según el informe, “se pensaba que la epidemia alcanzaría un límite natural en los países más afectados y dejaría de crecer, pero no ha sido el caso”. El virus está en su primera etapa de desarrollo y no hay pistas sobre su evolución a largo plazo. “La epidemia tiene el potencial de estallar en los próximos años, y su dinámica debe medirse en términos de décadas”. La comunidad internacional, según la ONU, ha incluido el SIDA entre sus prioridades, pero, a su juicio, “un número inaceptable de gobiernos e instituciones de la sociedad civil siguen sin reconocer la epidemia y no están actuando para evitar que se extienda ni para aliviar sus efectos”.
Una guerra contra la humanidad
Nelson Mandela fue el encargado de clausurar la cumbre celebrada en Barcelona. “El SIDA es una guerra contra la humanidad", afirmó. En su discurso, el ex presidente sudafricano subrayó el drama que supone el SIDA para los millones de niños afectados por la enfermedad y el estigma que todavía afrontan los afectados, fundamentalmente las mujeres. El ex presidente norteamericano Bill Clinton, también insistió en este mismo aspecto: "Todavía hay gente que ve el SIDA como una enfermedad que afecta a gente distinta de ellos. Todavía hay muchos estereotipos y persecución de los afectados y de las personas que los atienden".
Diversos trabajos presentados en la Conferencia han aportado numerosas evidencias que apoyan las denuncias realizadas por Clinton y Mandela, desde la situación que afrontan los huérfanos por el SIDA a la situación de las mujeres o de los trabajadores sociales en la India y en otros países.
Pero también ha habido buenas noticias. Por primera vez, numerosos estudios demuestran que los programas de distribución de tratamientos antirretrovirales funcionan en las áreas más castigadas por la epidemia, desde Asia al África subsahariana. Uganda es el modelo. Joep Lange, recién nombrado presidente de la Sociedad Internacional de SIDA, ha utilizado un ejemplo muy gráfico para explicar la necesidad de recursos: "Si podemos hacer que haya Coca Cola o cerveza en la esquina más remota de África, podemos llevar los fármacos".
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