domingo, 20 de diciembre de 2009
ACERCARSE A LA SABIDURIA DE DIOS ...
Acercarse a la Sabiduría de Dios con espíritu sencillo y mostrarla a los demás, pide el Papa.
Al presidir ayer por la tarde el rezo de las Vísperas con los universitarios de los ateneos romanos, el Papa Benedicto XVI alentó a los jóvenes a acercarse con espíritu sencillo y humilde a la Sabiduría de Dios, al Niño Dios que nace en Belén en Navidad, para ser capaces de mostrarlo a los demás que es la "primera forma de caridad intelectual".
En su homilía, el Santo Padre explicó que "la que nace en Belén es la Sabiduría de Dios. En la plenitud de los tiempos, esta Sabiduría asumió un rostro humano, el rostro de Jesús. La paradoja cristiana consiste precisamente en la identificación de la Sabiduría divina, es decir el Logos eterno, con el hombre Jesús de Nazaret y con su historia. Por lo tanto la Sabiduría que invocamos esta noche es el Hijo de Dios, la segunda persona de la Santísima Trinidad; es el Verbo".
"Un profesor cristiano, un joven estudiante cristiano llevan dentro de sí el amor apasionado por esa Sabiduría. Leen todo a su luz. Sin ella no se hizo nada de todo lo que existe y por lo tanto en toda realidad creada se puede entrever su reflejo. Todo lo que percibe la inteligencia humana de alguna manera participa en la Sabiduría creadora. Aquí, en último análisis, reside también la misma posibilidad del estudio, de la investigación, del diálogo científico en cualquier campo del saber", continuó. ::MÁS
Como el Árbol de Navidad, el hombre debe testimoniar Luz verdadera que viene al mundo, dice Benedicto XVI
En su discurso en francés a la delegación de Vallonia, Bélgica, llegada a Roma para hacer entrega del tradicional abeto de Navidad que adorna la Plaza de San Pedro, el Papa Benedicto XVI explicó que así como este árbol luminoso, el hombre también debe testimoniar con su vida a "la verdadera Luz que viene a este mundo" hecha carne en el Niño Jesús.
En sus palabras, el Santo Padre explicó que "en el bosque, los árboles están cerca unos de otros y cada uno de ellos contribuye a hacer del mismo un lugar lleno de sombras, oscuro a veces".
"Ustedes –continuó– de entre una multitud de ellos, han escogido un abeto majestuoso que ofrecen hoy y que está iluminado y cubierto de decoraciones centellantes que parecen ser frutos maravillosos. Al dejar su vestidura sombría por una fulgurante, se ha transfigurado y se convierte en un portador de una luz que no es solo eso sino que da testimonio de la verdadera Luz que viene a este mundo".
El Papa dijo luego que "el destino de este árbol es comparable al de los pastores: velando en las tinieblas de la noche, se ven iluminados por el mensaje de los ángeles. La suerte de este árbol es comparable así al nuestro, que estamos llamados a llevar los buenos frutos para manifestar que el mundo ha sido verdaderamente visitado y redimido por el Señor".
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