NEUROLÉPTICOS DE ÚLTIMA GENERACIÓN
Por qué engordan los antipsicóticos
Los antipsicóticos de nueva generación han supuesto un avance en el tratamiento de patologías psiquiátricas, sobre todo la esquizofrenia. Estos fármacos no tienen entre sus efectos secundarios los molestos temblores que provocan los clásicos. Sin embargo, aumentan mucho el apetito y, por lo tanto, el peso de los pacientes. Un estudio en ratones da pistas relevantes sobre las razones fisiológicas de este fenómeno.
Solomon Snyder y Sangwon Kim -de la Universidad Johns Hopkins-, han dirigido la investigación cuya idea era observar la influencia de los antipsicóticos en el funcionamiento de la enzima AMP quinasa (AMPK) en el hipotálamo, región del cerebro que, entre otras funciones, regula el apetito.
Los científicos advirtieron que los antipsicóticos atípicos aumentaban significativamente la actividad de la enzima en el hipotálamo. En el experimento, los ratones tratados con clozapina (uno de los antipsicóticos atípicos que más aumentan el peso) cuatriplicaron la actividad de esta enzima. Observaron que esto ocurría porque los antipsicóticos bloqueaban los receptores de la histamina H1. Estos dos elementos bioquímicos -el receptor de la histamina H1 y la enzima AMP quinasa- están relacionados con la regulación de la ingesta de comida.
Cuando inyectaron leptina a los ratones -una hormona que suprime el apetito-, los niveles de la enzima AMP quinasa disminuyeron. También comprobaron la conexión entre la enzima AMP quinasa (y por lo tanto el receptor de la histamina H1), el apetito y la clozapina utilizando ratones transgénicos que no tenían receptor de la histamina H1. Cuando inyectaron clozapina a los animales no se produjo ninguna alteración en el apetito.
De esta forma, se deduce un vínculo entre la ganancia de peso y los antipsicóticos atípicos (que son los que se han tenido en cuenta en este estudio, los clásicos también provocan este efecto secundario), aunque aún no se haya descubierto con exactitud el mecanismo.
Futuros fármacos sin estos efectos secundarios
Según explican los autores en el texto del estudio, publicado por la revista 'Proceedings of the National Academy of Science', la identificación de las alteraciones metabólicas que provocan el aumento de peso es un gran paso hacia el desarrollo de antipsicóticos sin estos efectos dañinos.
Los antipsicóticos atípicos más utilizados para el tratamiento de la esquizofrenia son la olanzapina, quetiapina y la risperidona. Tanto los clásicos como los atípicos provocan, en su mayoría, aumento de peso. Sin embargo, en los últimos años los neurolépticos atípicos han desplazado a los clásicos, como el haloperidol o la clorpromazina.
La principal ventaja de los antipsicóticos atípicos sobre los clásicos es la ausencia de efectos extrapiramidales (como temblores...). Algunos de estos fármacos han supuesto una opción satisfactoria para tratar la psicosis que produce la medicación con levodopa en algunos enfermos de Parkinson.
Sin embargo, el antipsicótico atípico más prescrito (la olanzapina) es el que más aumento de peso provoca. Este efecto se ve agravado por el incremento de lípidos en sangre, sobre todo de triglicéridos, y la alteración de los niveles de glucosa, lo que contribuye al desarrollo de diabetes tipo 2. De hecho, este ha sido el motivo de múltiples demandas a la compañía fabricante.
Además, estudios anteriores sobre población estadounidense han concluido que como consecuencia de lo anterior, aumentan bastante las posibilidades de infarto cerebral y disminuye la esperanza de vida unos 25 años en personas con esquizofrenia.
Otro de los antipsicóticos atípicos que provocan gran aumento de peso es la clozapina. Es menos utilizada por el riesgo de agranulocitosis (déficit de glóbulos blancos). Pero la inmensa mayoría de estos fármacos no produce un incremento de peso tan pronunciado. Entre ellos se incluye el aripiprazol, paliperidona, quetiapina, risperidona y ziprasidona.
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