martes, 17 de febrero de 2009

¡TODO POR AMOR!


La misionera valenciana Josefa Benavent Murillo atiende en Errachidia (Marruecos) a bebés abandonados por sus madres, en la mayoría de los casos, "por el temor de que las maten por haberlos tenido siendo solteras, algo que aquí, generalmente, no está bien aceptado", explicó la religiosa, de 72 años y natural de Benigànim.
Según informaron fuentes del Arzobispado en un comunicado, Benavent, perteneciente a la orden religiosa de las Franciscanas Misioneras de María, "alimenta, lava y viste a los bebés en el hospital de Errachidia, donde permanecen hasta que son adoptados".
La religiosa destacó que "en la transmisión del cristianismo en estos lugares es particularmente importante el testimonio de vida". Cuando "ven que les ayudamos de una manera gratuita eso les extraña en un primer momento y hace surgir un gran respeto por nosotras", manifestó.
Además, la misionera, que ha ejercido como enfermera durante 32 años en el sistema sanitario público de Marruecos, visita en sus casas a enfermos, a los que realiza "pequeñas curas", toma la tensión o "simplemente acompaño y escucho, lo que es muy importante para ellos", señaló.
Como enfermera, Benavent ha trabajado hasta su jubilación en leproserías y hospitales infantiles de las ciudades marroquíes de Casablanca y Taza. Durante este curso, la religiosa valenciana organiza, asimismo, conferencias sobre San Pablo, con motivo del Año Santo Paulino, convocado por el Papa al cumplirse dos mil años del nacimiento del apóstol. En las sesiones participan 12 jóvenes subsaharianos católicos, que estudian en la actualidad en la Universidad de Errachidia.
La relación de la comunidad de religiosas de la que forma parte Josefa Benavent con los habitantes musulmanes de Errachidia es "cordial y fluida, sobre todo a medida que nos van conociendo". Además, "las personas con más formación cultural están informadas del diálogo interreligioso impulsado, por ejemplo, por el Papa, lo que les ayuda mucho a valorar a los católicos y facilita las relaciones entre las dos religiones en Marruecos", indicó.
"Muchos médicos, personal sanitario, enfermos y sus familias que he conocido en Marruecos me siguen llamando por teléfono para felicitarme en Navidad y Pascua porque saben que son mis fiestas cristianas, y yo también les llamo por sus fiestas musulmanas", explicó.

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