sábado, 7 de febrero de 2009

INFALIBILIDAD PAPAL







Infalibilidad del Papa.

El Jefe de la Iglesia Católica es Su Santidad el Papa,
representante de Cristo en la Tierra, que lo ha puesto al frente de su Iglesia para que la guíe y cuide de su unidad.39,1. El Papa es el Sumo Pontífice de Roma, sucesor de San Pedro , a quien todos estamos obligados a obedecer. Es MaestroInfalible, porque cuando habla como Jefe de la Iglesia Universal ejerciendo el supremo grado de su autoridad y define comoobligatorias verdades de fe y moral, no se puede equivocar . Infalibilidad es la preservación del error, fruto de laasistenciadivina. (...) Su fundamento es la asistencia de Dios. En Dios se encuentra toda la verdad. y Dios no miente . Él haqueridodar a su Iglesia este don de permanecer en la verdad .Si el Papa pudiera equivocarse al enseñar lo que es obligatorio creer o hacer para salvarse, nos desorientaríaen el caminode la salvación; y Dios, que nos manda obedecer al Papa, sería el culpable de nuestra condenación. Estoes absurdo. Luegose comprende que el Papa tiene que ser infalible cuando señala el camino de la salvación. Esta asistencia espiritualla prometióJesucristo cuando dijo: «Yo estaré con vosotros hasta el final de los tiempos»(514).La infalibilidad del Papa es dogma de fe. Dice el Concilio Vaticano I: «Definimos ser dogma divinamente revelado queel RomanoPontífice cuando habla 'ex cathedra ' esto es, cuando cumpliendo su cargo de Pastor y Maestro de todos los cristianos,definecon su suprema autoridad apostólica, que una doctrina sobre la fe y costumbres debe ser sostenida por la Iglesia Universal...goza de aquella infalibilidad que el Redentor Divino quiso que estuviera en su Iglesia»(515).La infalibilidad del Papa ha sido definida como dogma de fe en 1870.Desde entonces han habido diez Papas (Pío IX, León XIII, Pío X, Benedicto XV, Pío XI, PíoXII, Juan XXIII, Pablo VI, JuanPablo I y Juan Pablo II) . En todo este tiempo sólo ha sido definido como dogma la Asunción, en 1950 por PíoXII . Y estaverdad estaba en la fe de la Iglesia desde el siglo VII.Para salvarse es necesario creer y aceptar toda la doctrina de Jesucristo . La auténtica doctrina de Jesucristo, nootra:«Id por todo el mundo - dijo Jesús a sus Apóstoles- y predicad el Evangelio a toda criatura, enseñándolesa guardar todo loque os he mandado. El que creyere y se bautizare, se salvará; el que no creyere, se condenará»(516). Estosupone garantíade que los que transmiten las enseñanzas de Jesucristo no se van a equivocar .Dios fallaría si nos obligase a creer una mentira. Si Él nos obliga a creer lo que la Iglesia nos enseñaes porque se comprometea que siempre enseñará la verdad: «Yo estaré con vosotros hasta el fin de los siglos»(517).Ahora bien, qué garantías podemos tener nosotros a la distancia de veinte siglos y a través de tantasteorías y opinioneshumanas, de que la doctrina que nos enseña hoy la Iglesia es la auténtica doctrina de Jesucristo » Jesucristo, fundador dela Iglesia, si quiso hacer efectivamente una Iglesia que llevase su mensaje a todos los tiempos y a todos los hombres, notuvo más remedio que dotarla de un control adecuado, que impidiera absolutamente el que su doctrina fuera deformadaa travésde los siglos.Este control es una especial asistencia del Espíritu Santo con la que impide absolutamente el error en su Iglesia,en lo quese refiere a la determinación de la auténtica doctrina revelada. Le dice Jesucristo a Pedro : «Yo he rogadopor ti, para quetu fe no desfallezca. Y tú, confirma a tus hermanos»(518).El Papa es infalible cuando determina o declara ex cathedra la auténtica doctrina revelada. Pero fuera de esto -porejemplo,si predice el tiempo- el Papa se puede equivocar como otro hombre cualquiera.Es decir, que el Papa, en su vida ordinaria, aunque sea un hombre prudentísimo y de toda confianza, no es infalible.La infalibilidadestá reservada a ciertas enseñanzas hechas con una solemnidad especial, de modo definitivo, que teológicamentese llama excathedra , en la que expresa su voluntad de obligar a toda la Iglesia a creer la verdad por él definida.Esto no significa que el Papa pueda sacarse los dogmas del bolsillo; sólo puede definir aquello que se encuentra enla SagradaEscritura o en la Tradición .Con todo, al Papa hay que obedecerle siempre; aun en las cosas que no es infalible: lo mismo que los hijos tienen que obedecera sus padres, aunque no sean infalibles. El Magisterio de la Iglesia hay que aceptarlo incluso en lo no infalible, con religiosasumisión; más que por los argumentos en que se apoya, por la autoridad que Cristo dio a su Iglesia para señalarel caminoque nos lleva al Reino de los Cielos.«Esta religiosa sumisión de la voluntad y del entendimiento se debe al magisterio auténtico del RomanoPontífice, de tal maneraque se reconozca con reverencia su Magisterio Supremo, aunque no hable 3ex cathedra2; y con sinceridad se adhiera al parecerexpresado por él según el deseo que haya manifestado él mismo, como puede descubrirse, ya sea por laíndole del documento,ya sea por la insistencia con que se repite una misma doctrina, ya sea también por las fórmulas empleadas»(519).Un teólogo podría discrepar y seguir investigando; pero no desacreditar públicamente a la Iglesia, sinomanteniendo un silencioobsequioso .Para atacar la infalibilidad de la Iglesia se suele aducir la condenación de Galileo . Con todo,conviene advertir quela condenaciónde Galileo fue obra de una Congregación Romana, no del Papa en definición 3ex cathedra2, que es la únicainfalible. Apartede esto, la Iglesia, en aquel momento, juzgó a Galileo como los mejores astrónomos de su tiempo. Todos los queestudian losargumentos de Galileo (1569-1642) afirman que él no probaba su hipótesis. Por eso no convenció a Tycho-Brahe(1546-1601),contemporáneo suyo, que siguió siendo geocentrista como Tolomeo . En cambio Galileo tuvo la intuiciónde interpretar los textosbíblicos no literalmente como los teólogos de su tiempo, sino como hoy los interpretamos, sin saber élnada de los génerosliterarios. En resumen, que como dice Walter Brand Muller(520): Se da el paradójico resultado de que Galileo se equivocóenel campo de la Ciencia y los eclesiásticos en el campo de la Teología . Con todo hay que advertir que Galileono fue condenadopor su teoría heliocéntrica, pues lo mismo dijo Copérnico cien años antes y la Iglesia no se metiócon él. Es más, su obrafundamental, Las revoluciones de los mundos celestes, publicada en 1543, está dedicada al Papa Pablo III . Pero Copérnicopresentaba sus ideas sólo como una hipótesis .Galileo fue condenado por su insistencia en interpretar la Escritura.La Iglesia le dijo que se limitara a presentar sus ideas como una hipótesis científica , y no quiso hacer caso. Aunque lacondena de la Iglesia a Galileo fue disciplinar y no dogmática, hoy se piensa que fue inoportuna. 39,2. Infalibilidad no significa impecabilidad . El Papa -como todo hombre- puede tener sus faltas.Es más, en la Historia ha habido algunos Papas indignos, que no han sido ejemplares; aunque pocos. Habrán sidopecadores,pero siempre rectos en sus enseñanzas, pues siempre han sido infalibles . Con todo, gracias a Dios, tenemos en la IglesiaCatólica un largo historial de Papas Santos. Se veneran en los altares setenta y siete Papas santos .El último Papa que ha subido a los altares con la corona de los Santos ha sido San Pío X , muerto en 1914.

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