sábado, 25 de julio de 2009

SANTIAGO APOSTOL


Después de la ascensión de Jesús a los cielos y de la venida del Espíritu Santo sobre los apóstoles en Jerusalén, en el año 30, la “Leyenda Áurea” cuenta que el Apóstol Santiago, hijo de Zebedeo, predicó la palabra evangélica en Judea y en Samaria; y que, posteriormente, vino a predicarla a la Hispania Romana haciendo nueve discípulos, regresando posteriormente a Jerusalén y dejando aquí a dos discípulos para seguir evangelizando a los hispanos.

En torno a viaje a España del apóstol Santiago, el Mayor, hay varias tradiciones orales y leyendas. Una de estas, la más común, afirma que desembarcó en la Bética Romana, siguió caminando por la vía romana que unía la Itálica con Mérida, continúa a Coimbra y Braga y llega a Iria-Flavia, Padrón, en Galicia.

Ordena obispos en Braga, Lugo y Astorga, continúa por la vía romana hacia Zaragoza, en cuya ciudad se le aparece la Virgen Maria, en carne mortal, sobre un pilar a orillas del río Ebro para fortalecerle y animarle en la fe cristiana ante los problemas y dificultades que sufría. Le encarga construir allí un templo en el cual se depositase su imagen. Santiago levanta allí una pequeña capilla con el nombre de Nuestra Señora del Pilar colocando su imagen sobre un pilar. Antes de regresar a Jerusalén, nombra obispo de esta ciudad a su discípulo Atanasio y ordena presbítero a Teodoro.

Regresa a Jerusalén. En el año 44, las autoridades judías desatan una violenta persecución contra la naciente Iglesia Cristiana, durante la cual muere el apóstol Santiago cortándole la cabeza con una espada. Sus discípulos recogen su cadáver y lo embarcan con dirección a la Hispania Romana. La nave desembarca misteriosamente en la costa marítima gallega, donde, entonces, reinaba la reina Lupa.

Informada de ello, la reina manda depositen su cadáver en un carro tirado por una junta de bueyes. Misteriosamente lo llevan a su palacio situado en el monte, llamado Pico Sacro, donde al verlo, se convierte y bautiza. Ordena que su cuerpo sea enterrado donde los bueyes se paren y no puedan tirar más del carro. Cansados se paran definitivamente en el lugar donde actualmente se halla la catedral compostelana. Los nativos excavan una tumba, y allí entierran su cadáver.

A principios del siglo IX, en el año 813, un ermitaño llamado Pelayo vio durante una noche a una estrella que brillaba grandemente sobre una colina rocosa próxima al río Sar. Se lo cuenta a los demás ermitaños y pastores que perciben lo mismo. Se aproximan y oyen una música lejana misteriosa como de ángeles. Se lo comunican a Teodoro, obispo de Iria-Flavia, quien les manifiesta que allí está la mano de Dios.

Visitan dicho lugar, desbrozan la maleza y encuentran una pequeña tumba, donde hallan tres cadáveres que atribuyen al apóstol Santiago y a sus dos discípulos, Teodoro y Atanasio. Llaman a este lugar “Campus Stellae”, (Campo de la Estrella, o Compostela). Comunican dicho hallazgo al rey Alfonso II, el Casto, quien desde Oviedo se traslada a al mismo. El rey manda levantar un pequeño templo de piedra y barro en su honor y un pequeño monasterio de monjes.

El hallazgo de las reliquias del apóstol Santiago produjo una enorme alegría y una gran esperanza en toda Cristiandad infundiendo una gran fuerza y poder a los cristianos contra la invasión islámica. El rey Alfonso II, el Casto, comunica dicha noticia al papa León III y al emperador Carlomagno. Monjes y laicos cristianos vienen a ver su tumba para implorarle protección, amparo y vida. Ello lugar al nacimiento de las peregrinaciones a Compostela y a la figura del peregrino.

Dante, autor de “la Divina Comedia”, en su obra “La Vita Nova”, distingue peregrinos, romeros y palmeros. Llama peregrinos a los que hacen el Camino de Santiago, cuando escribe: “no se entiende por peregrino sino el que va hacia la casa de Santiago o el que vuelve a ella”. La palabra, peregrino es, pues, originaria y propia del Camino de Santiago.

RELIQUIAS DE DON BOSCO EN ARGENTINA Y CHILE



Ante reliquias de Don Bosco, Obispos de Chile y Argentina recuerdan mediación de la Iglesia

.- El Obispo de Punta Arenas (Chile), Mons. Bernardo Bastres Florence, y el Obispo de Río Gallegos (Argentina), Mons. Juan Carlos Romanin, instaron a sus connacionales a "hacer memoria agradecida" de la intervención de la Iglesia a favor de la paz que se realizó hace 25 años, por mediación del Siervo de Dios, Juan Pablo II.

Los prelados se expresaron así en una declaración firmada frente a la reliquia del fundador de la Congregación Salesiana, San Juan Bosco, que desde el 25 de abril y por el término de seis años recorrerá el mundo.

"Nos reunimos –afirmaron los obispos– frente a las reliquias de San Juan Bosco para agradecer el logro de un acuerdo que trajo la paz a estas dos repúblicas hermanas, como fue hace 25 años la firma del Tratado de Paz y Amistad entre Argentina y Chile, a instancias de la mediación del Papa Juan Pablo II y su Cardenal Antonio Samoré".

"Chile y Argentina son dos pueblos hermanos que oraron y rezaron durante mucho tiempo para el logro de un acuerdo que evitara el uso de la fuerza para la resolución de un conflicto. La mediación de la Iglesia Católica jugó un papel definitivo en la resolución de la controversia, que corría el riesgo inminente de convertirse en un conflicto bélico", agregaron.

Asimismo, los prelados afirmaron que la firma del acuerdo y la intervención de la Iglesia "fue un ejemplo admirable de construcción de paz a través de la vía maestra y siempre actual del diálogo, que tiene como finalidad la no supremacía de la fuerza y del interés, sino la afirmación de una justicia ecuánime y solidaria, fundamento seguro y estable de la convivencia entre los pueblos".

EL VATICANO Y LA GRIPE A



A PARTIR DE OTOÑO, PODRÍAN SUSPENDERSE TEMPORALMENTE LAS AUDIENCIAS PAPALES
El Vaticano, en alerta por la gripe A

Jesús Bastante (RD).- La Santa Sede ya ha empezado a tomar medidas preventivas para afrontar la pandemia de gripe A que se está expandiendo por todo el mundo. Así, junto a las instrucciones adoptadas por algunos episcopados latinoamericanos -que han contado con el aval vaticano- de suspender la comunión en la boca o compartir el cáliz, el Vaticano ya se ha puesto en manos de la Organización Mundial de la Salud (OMS) para evitar que las masivas audiencias papales de los miércoles puedan convertirse en foco de contagio. Entre las posibilidades, la suspensión momentánea de las mismas a partir de otoño, cuando se prevé que el virus ataque con fuerza Europa.

EL SUFRIMIENTO HUMANO


Sin proponérnoslo relacionamos el sufrimiento con el mal. Sin entrar por el momento en un análisis profundo, podemos decir que sufrimos porque algo está mal, quizá porque echamos de menos algún bien. De hecho el sufrimiento es probar el mal. Es la impresión de mal en la vida con sus consecuencias negativas. Pues, desde luego, el dolor, por así decir, en sí mismo -sin ser probado- no es ni siquiera posible.

El sufrimiento es lo que no queremos, de lo que nadie puede querer para sí mismo, porque de suyo es negativo para la vida pero que por alguna razón padecemos: es aquello contra lo cual yo, al menos de momento, nada puedo hacer. Algunas veces porque no quiero evitarlo, otras, porque me vale la pena sufrirlo, o, incluso, porque me interesa padecerlo. Se trata, por tanto, del dolor humano, es decir, en el hombre maduro; que es muy distinto del dolor, por ejemplo, animal. El animal únicamente siente dolor, algo le molesta y nada más. No se pregunta, lógicamente, por el sentido de su dolor. Por eso son sólo las personas las que sufren.

Siendo siempre desagradable el sufrimiento, repulsivo, es, sin embargo, variado: tristeza, congoja, ansiedad, angustia, temor, desesperación, dolor físico, etc. En cualquiera de los casos al sufrimiento siempre le acompaña una reacción de huída. Cuando sufrimos nos sentimos mal aunque propiamente el mal sólo afecte a cierto aspecto concreto de nuestro yo, ya sea del cuerpo o del espíritu. Incluso si aceptamos el dolor, por otra parte, deseamos que se pase; y hablamos de desesperación cuando no vemos el fin a un dolor.

Que el sufrimiento es personal también lo notamos en que de alguna forma se siente implicado todo el sujeto, cualquiera que sea la causa dolorosa. De hecho, la persona puede estar triste, angustiada o ansiosa o un dolor físico, pero también decimos que una mala noticia, por ejemplo, nos ha puesto de mal cuerpo. "En efecto, no se puede negar que los sufrimientos morales tienen también una parte «física» o somática, y que con frecuencia se reflejan en el estado general del organismo" (Salvifici Doloris, 6).

¿Pero, por qué hay sufrimiento? ¿No podría ser la vida sin dolor: sin enfermedad, sin violencias, sin desgracias, sin temoresÉ? ¿Por qué hay dolor -sufrimiento- en nuestra vida? Si la vida humana fuera sólo el proceso cambiante de unos elementos -los hombres- que se suceden en el tiempo, como ocurre con los animales y las plantas, el sufrimiento humano sería equivalente a la caída de las hojas en otoño, al agostarse de la hierba por el calor, a la huída del ratón por el acoso del gato o a la agonía de un pez en el anzuelo; algo sin más relevancia que el mal -si se puede hablar así- del momento, algo sin relevancia, intrascendente. El sucederse de las generaciones y la suerte de cada hombre podría compararse al correr incesante del agua por un torrente, cuyas gotas discurren con calma o golpean violentamente aquí y allá -gozan o sufren, podríamos pensar- mientras la corriente fluye. Es una interpretación materialista que no concuerda con la conciencia que solemos tener de la vida con sus momentos mejores y peores.

La Biblia responde, no sólo al por qué de esos momentos humanos y a su sentido; responde también al por qué del hombre mismo y -como decíamos- al origen y al fin de su dolor.

Dice el libro del Génesis -lo recordamos con cierto detalle- que el Señor Dios tomó al hombre y lo colocó en el jardín de Edén para que lo trabajara y lo guardara; y el Señor Dios impuso al hombre este mandamiento:
-De todos los árboles del jardín podrás comer; pero del árbol del conocimiento del bien y del mal no comerás, porque el día que comas de él, morirás. (...)
La mujer se fijó en que el árbol era bueno para comer, atractivo a la vista y que aquel árbol era apetecible para alcanzar sabiduría; tomó de su fruto, comió, y a su vez dio a su marido que también comió. Entonces se les abrieron los ojos y conocieron que estaban desnudos; entrelazaron hojas de higuera y se las ciñeron. Y cuando oyeron la voz del Señor Dios que se paseaba por el jardín a la hora de la brisa, el hombre y su mujer se ocultaron de la presencia del Señor Dios entre los árboles del jardín. El Señor Dios llamó al hombre y le dijo:
-¿Dónde estás?
Este contestó:
-Oí tu voz en el jardín y tuve miedo porque estaba desnudo; por eso me oculté.
Dios le preguntó:
-¿Quién te ha indicado que estabas desnudo? ¿Acaso has comido del árbol del que te prohibí comer?
El hombre contestó:
-La mujer que me diste por compañera, ella me dio del árbol, y comí.
Entonces el Señor Dios dijo a la mujer:
-¿Qué es lo que has hecho?
La mujer respondió:
-La serpiente me engañó y comí. (...)
A la mujer le dijo:
-Multiplicaré los dolores de tus embarazos; con dolor darás a luz tus hijos; hacia tu marido tu instinto te empujará y él te dominará.
Al hombre le dijo:
-Por haber escuchado la voz de tu mujer y haber comido del árbol del que te prohibí comer: Maldita sea la tierra por tu causa. Con fatiga comerás de ella todos los días de tu vida. Te producirá espinas y zarzas, y comerás las plantas del campo. Con el sudor de tu frente comerás el pan, hasta que vuelvas a la tierra, pues de ella fuiste sacado, porque polvo eres y al polvo volverás (Gen 2, 15-17. 3, 6-13. 16-19).

Hemos recordado la escena del pecado original, tal y como en narra la Sagrada Escritura, para comprobar que el primer dolor en la vida del hombre, la primera contrariedad, lo atosiga a continuación de la desobediencia: porque han pecado; porque se han opuesto a su Creador; porque le han ofendido, en definitiva. La concupiscencia, el miedo, el dolor físico, el cansancio, y, por fin, la muerte, son consecuencia de la ofensa. El sufrimiento tiene caracter de pena: el día que comas de él, morirás (Gen 2, 17).

Aparte de esta explicación bíblica del dolor, la realidad que experimentamos es que el dolor es una cuestión de hecho. Si alguien no sufre ni ha sufrido nunca, no debe preocuparse, sólo tiene que esperar.

Un sabio y buen amigo me comentaba un día, acudiendo a una apología, que «todos debemos comernos un pollo en la vida: tú estás comiendo ahora la pechuga y los muslos del pollo -me decía-, prepárate para cuando te toquen las plumas y las patas». Se ve que, por entonces, vivía muy cómodamente: sólo hay que esperar... Precisamente por esto -porque el dolor es cosa de todos- es tan importante estar preparados, también intelectualmente: sabiendo mucho de sufrimiento, aunque de momento, casi sólo sea de teoría acerca del sufrimiento. Así nos disponemos para el momento de la práctica.

En cualquier caso, prevenir el sufrimiento y saber acerca de él, como el hecho de "estar sano", requiere mucho trabajo. Hay personas que, por necesidad, obsesión o capricho, asumen esa tarea como un trabajo consciente, y cifran sus afanes en "estar en forma", en cultivar el cuerpo y la psique, o alguna de sus cualidades: el bronceado, el músculo, la silueta, el corazón, la ausencia de colesterol en las arterias, de arrugas en la piel, etc. Es un tarea muchas veces ciertamente trabajosa, y casi siempre una forma más de sufrimiento. Un sufrimiento que se puede llevar muy bien, que se comprende, y que parece razonable aunque cueste, porque se suele apreciar pronto el fruto de ese trabajo. Por eso se trata de un sufrimiento que casi no lo es, pues la quintaesencia del sufrimiento es la falta de sentido en el dolor humano: sufre de verdad el que no sabe por qué. Esto sucede, por ejemplo, cuando el dolor es muy intenso y prolongado o sin esperanza de mejora y sin una visión trascendente de la propia existencia.

Parte de la cultura actualmente dominante incluye pensar que el hombre es capaz de casi todo o que lo será con el tiempo. Con esta mentalidad el dolor humano es inadmisible, si se considera como algo establecido e inseparable de nuestra condición. Estamos en una cultura en la que el sufrir tiene mala prensa, en la que dolor es hoy un dis-valor. Algo de verdad hay en ello, porque a lo que el hombre aspira es a la felicidad. Sólo que la felicidad no es lo mismo que el placer. La felicidad es amor y entrega. Con esa otra mentalidad, muy difundida, que identifica felicidad y placer, se tiende a evitar a toda costa lo molesto. Esa tendencia puede llegar a organizar la vida. El hombre, entonces, se hace débil, cada vez menos resistente al dolor. A alguien así el dolor le puede, pues la experiencia demuestra que el sufrimiento es imposible de erradicar.

"Combatir el dolor está justificado in casu, pero no in genere, por la razón decisiva de que los dolores concretos obedecen a causas contingentes y caen dentro del radio de accion de los medios humanos. Pero la raíz del dolor como tal es honda y está sustraida a la acción humana" (L. Polo. El sentido cristiano del dolor), ya que se relaciona con la comprensión de la vida como don y como ocasión de amar. Por eso "la extremada concentración en el puro evitar el sufrimiento, renunciando a cualquier interpretación, es la eutanasia... La eutanasia es la lógica consecuencia de una opinión particular sobre la vida. Cuando ya no se puede detener el sufrimiento, se acaba con la vida, pues una tal existencia no tiene sentido" (A. Polaino, Más allá del sufrimiento). El que por nada del mundo quiere sufrir, no puede vivir.

Con frecuencia, si se habla de dolor es sólo para quejarse o para intentar acabar con lo molesto a cualquier precio; se oculta el fracaso que es no lograr el objetivo buscado (algo normal de vez en cuando si no somos dioses) y se fomenta la ilusión en un mundo sin problemas, en el que viviríamos siempre triunfadores. La experiencia nos demuestra que todo es inútil: no hay, en este mundo, quien acabe con el sufrimiento y se logra el efecto contrario: "una actitud que incapacita para soportar el padecer y aumenta con ello el sufrimiento" (R. Spaemann. El Sentido del sufrimiento). Sufrir puede ser bueno y, como veremos, fuente de gozo. Sólo si se debe a un mal moral, al pecado, siempre es un sufrimiento negativo; el pecado, entendido como tal, siempre entristece.

NUEVA GRIPE

La gripe A (H1N1) de 2009[55] es una pandemia causada por una variante del Influenzavirus A de origen porcino (subtipo H1N1). Esta nueva cepa viral es conocida como gripe porcina (nombre dado inicialmente), gripe norteamericana (propuesto por la Organización Mundial de la Salud Animal)[56] y nueva gripe (propuesto por la Unión Europea),[57] nomenclaturas que han sido objeto de diversas controversias. El 30 de abril de 2009 la Organización Mundial de la Salud (OMS) decidió denominarla gripe A (H1N1).[58] [59] Ésta es una descripción del virus en que la letra A designa la familia de los virus de la gripe humana y de la de algunos animales como cerdos y aves y las letras H y N (Hemaglutininas y Neuraminidases) corresponden a las proteínas.

El origen de la infección es una variante de la cepa H1N1,[60] con material genético proveniente de una cepa aviaria, dos cepas porcinas y una humana[61] que sufrió una mutación y dio un salto entre especies (o heterocontagio) de los cerdos a los humanos,[62] y contagiándose de persona a persona. Según expertos (como el jefe del Departamento de Microbiología del Hospital Mount Sinai de Toronto, el doctor Donald Low), está por confirmarse la relación entre el virus de la gripe porcina H1N1 y el de los casos confirmados en México.[63]

El 11 de junio de 2009 la Organización Mundial de la Salud (OMS) la clasificó como de nivel de alerta seis; es decir, pandemia actualmente en curso que involucra la aparición de brotes comunitarios (ocasionados localmente sin la presencia de una persona infectada proveniente de la región del brote inicial).[64] [65] Ese nivel de alerta no define la gravedad de la enfermedad producida por el virus, sino su extensión geográfica. La tasa de letalidad de la enfermedad que inicialmente fue alta, ha pasado a ser baja al iniciar los tratamientos antivirales a los que es sensible, sin embargo la futura evolución del virus es impredecible, como constata la directora general de la OMS Margaret Chan el 4 de mayo, ya que "puede que en un mes este virus desaparezca, puede que se quede como está o puede que se agrave."[66]

jueves, 23 de julio de 2009

MARÍA AUXILIADORA EN EL MUNDO 23- ISLAS MALVINAS





VERANO CRISTIANO


1.- Vive la naturaleza
En la playa, en la montaña, en la serranía, descubre la presencia de Dios. Alábale por haberla hecho tan hermosa.

2.- Vive tu nombre y condición de cristiano.
No te avergüences en verano de ser cristiano. Falsearías tu identidad.

3.- Vive el domingo
En vacaciones, el domingo sigue siendo el día del Señor y Dios no se va de vacaciones. Acude a la Eucaristía dominical. Tienes además más tiempo libre.

4.- Vive la familia
Dialoga, juega, goza con ellos sin prisas. Reza en familia. Asiste al templo también con ellos.

5.- Vive la vida
La vida es el gran don de Dios. No hagas peligrar tu propia vida y evita riesgos a la vida de los demás.

6.- Vive la amistad
Desde la escucha, la confianza, la ayuda, el diálogo, el enriquecimiento y el respecto a la dignidad sagrada de las demás personas.

7.- Vive la justicia
No esperes que todo te lo den hecho. Otros trabajan para que tú tengas vacaciones. Ellos también tienen sus derechos. Respétales y respeta sus bienes.

8.- Vive la verdad
Evita la hipocresía, la mentira, la crítica, la presunción engañosa e interesada o la vanagloria.

9.- Vive la limpieza de corazón
Supera la codicia, el egoísmo y el hedonismo. Vacación no equivale a permisividad.

10.- Vive la solidaridad
No lo quieras todo para ti. Piensa en quienes no tienen vacaciones, porque ni siquiera tienen el pan de cada día. La caridad tampoco toma vacaciones.

En fin, estos diez consejos se vuelven a encerrar en dos: seguir dando «al César lo que es del César, y a Dios lo que es de Dios». Dicho de otro modo, en vacaciones y en todo tiempo, sigue acordándote de Dios y del prójimo, relacionándote con ellos como si ellos se relacionarán contigo.

Dios no se toma vacaciones en su búsqueda de amor al hombre. Las vacaciones pueden ser tiempo excepcional para salir a su encuentro. Y es que en verano, seguimos siendo cristianos. Es más, tenemos una magnífica oportunidad de serlo y de demostrarlo.

NUEVAS ORDENACIONES EN HUELVA



Festejamos, con toda la Diócesis, la ordenación de un nuevo presbítero, Joaquín Sierra Cervera, y un nuevo diácono, Jaime Cano Gamero, para nuestra Iglesia. Las campanas de la Santa Iglesia Catedral anunciaron, el pasado sábado 18 de julio a las 10’30 de la mañana, la celebración que fue presidida por nuestro obispo, José Vilaplana Blasco, y concelebrada por gran parte de nuestro clero.

Jaime Jesús Cano Gamero es natural de Fuentes de Andalucía (Sevilla). Tiene veinticinco años y es el mayor de dos hermanos. Desde muy pequeño ha estado muy vinculado a las Hermanas de la Cruz y más tarde a la parroquia de su pueblo, Santa María la Blanca. Realizó el ciclo de estudios filosóficos en el Centro de Estudios Teológicos de Sevilla, ingresando posteriormente en nuestro Seminario Diocesano donde ha concluido sus estudios teológicos. Ahora comienza una nueva etapa formativa y pastoral, en la que ejercerá el Ministerio del Diaconado, para a su tiempo poder recibir la Ordenación Presbiteral.

Por su parte, Joaquín Sergio Sierra Cervera, es natural de Huelva y tiene 32 años. Vinculado a la parroquia de la Concepción, donde oficiará este domingo por la noche su primera misa, ha participado activamente en la vida de nuestra Iglesia, principalmente, a través de la vida parroquial, y ha sido miembro del Camino Neocatecumenal. Después de licenciarse en Administración y Dirección de Empresas, accedió al Seminario Diocesano de Huelva donde ha culminado sus estudios de filosofía y teología. Este último año ha ejercido el ministerio de diaconado en la parroquia de San Antonio Abad de Trigueros.

Damos gracias a Dios por la generosidad de estos dos muchachos que nos invita a ofrecer, igualmente, nuestras vidas en acción de gracias, en la Iglesia y en favor del Proyecto de Dios.

lunes, 20 de julio de 2009

LIBRES Y SIN SALARIO


El TSJM ratifica las sentencias a favor de Amparo Cuevas y condena en costas a la Administración

Por RDLunes, 20 de julio 2009
El Tribunal Superior de Justicia de Madrid ha fallado en contra del recurso presentado por el abogado del Estado, en representación del Ministerio de Trabajo y Asuntos Sociales, contra una sentencia favorable a una fundación de la vidente de El Escorial, Amparo Cuevas, y le condena en costas. La sentencia recurrida, dictada por el juzgado de lo social de Madrid el pasado 10 de febrero, dio la razón a la Asociación de Seglares Reparadoras Amor, Unión y Paz y a la Fundación Benéfica Virgen de los Dolores, constituidas por los seguidores de Amparo Cuevas y dedicadas a la atención de ancianos.

El juzgado de lo Social falló entonces en contra de las pretensiones del Ministerio de Trabajo y Asuntos Sociales que había levantado acta de infracción por el impago de las correspondientes cuotas a la Seguridad Social en las residencias de ancianos de la vidente, informa Efe.

La atención a los ancianos es realizada por las hermanas reparadoras, seglares que visten hábito y que han hecho los votos de obediencia, castidad y pobreza, y que de forma voluntaria y altruista, en función de su convicción religiosa, desempeñan esa tarea al cuidado de los mayores.

La demanda fue formulada contra la Fundación Virgen de los Dolores por "cesión ilegal de trabajadores", defendiendo la representación legal del Ministerio de Trabajo que las reparadoras dependen de esta fundación, que obtiene un beneficio económico por las cantidades que abonan los ancianos en estas residencias, y que existe por ello una relación laboral.

Sin embargo, tanto en el juzgado de lo Social, como en la sentencia del Tribunal Superior de Justicia de Madrid del pasado día 8 y a la que ha tenido acceso Efe, se rechaza la premisa de la relación laboral, y se sostiene que la actividad consistente en el cuidado de los ancianos "se realiza de forma totalmente voluntaria y como parte inherente de la naturaleza religiosa de la Fundación".

Se reconoce que la Fundación impone "su propia disciplina como organización o congregación religiosa" y que, en este sentido, "las personas que prestan el servicio de cuidado a los ancianos son ´hermanas´, con votos de castidad, pobreza y obediencia".

La sentencia señala también que "no perciben salario o retribución alguna, si bien viven en la propia residencia, que sufraga las telas de sus ropas, confeccionando las hermanas sus propios hábitos y quienes, además, cocinan su propia comida, que realizan en la residencia".

Además, dice el TSJ de Madrid, "no consta la sujeción a un régimen organizativo típicamente empresarial", sino que "antes al contrario lo que se observa es una serie de trabajos prestados a título de benevolencia dentro del ámbito propio de una congregación religiosa, de carácter desinteresado y altruista".

Y añade, que "lo anterior no se desvirtúa por el hecho de que la residencia cobre determinadas cantidades a los ancianos que, obviamente, van destinadas a sufragar los gastos precisos para su manutención en general".

La sentencia recalca que no puede entenderse como salario "la comida, la cama o las telas para confeccionar los vestidos cuando se vive por y ´se sirve´ a una congregación religiosa ya que, en estos supuestos, el ´trabajo´ para el prójimo no se realiza a cambio de un salario sino como una entrega individual y como un medio de superación personal... no siendo aquel servicio sino un medio para lograr un fin.

El TSJ de Madrid ratifica la sentencia del juzgado de lo social del mes de febrero y condena al recurrente a la pérdida de los depósitos y consignaciones que se hubiesen constituido para recurrir, así como a las costas que se fijan en la cuantía de 300 euros